Timorenses vuelven a huir por la crisis de los militares
En Komoro, el barrio donde se halla el aeropuerto de Dili, se escucharon disparos y la situación era tan caótica que los habitantes buscaron refugio en centros religiosos y otros partieron hacia las montañas, según informó un funcionario. La trágica protesta de los ex militares causó la situación.
DILI
Al menos cuatro personas murieron y veinte resultaron heridas después de que cientos de ex soldados protagonizaran una ola de disturbios en Dili, quemando coches y tiendas, en protesta por su expulsión del Ejército este mes. En el mercado de Komoro, en el oeste de Dili, se escucharon incluso disparos.
En el Hospital Nacional, al menos cuatro agentes y diecisiete civiles recibieron tratamiento por diversas heridas, algunas de gravedad. Al menos nueve coches fueron incendiados cerca de la oficina del primer ministro timorense, Mari Alkatiri, que había anunciado previamente que el Gobierno había acordado establecer un equipo para encontrar el modo de hacer frente al problema de los ex soldados. Además, se comprometió a asegurarse de que las soluciones se ponen en marcha en un plazo de 90 días, pero la manifestación continuó ante el palacio del Gobierno.
Cerca de 600 soldados, un tercio de la actual fuerza de defensa del país, fueron destituidos el mes pasado tras una huelga de un mes para protestar por las «injustas» condiciones de trabajo y las normas de promoción. Los soldados expulsados han mantenido concentraciones casi diarias desde entonces y han amenazado con llevar a cabo una guerra de guerrillas si no se resuelve su problema. La protesta de ayer fue la más violenta registrada hasta ahora.
En Komoro, de hecho, la situación recordaba a la que se dio tras el triunfo de la opción independentista en el referéndum. Los edificios de la Policía, del Gobierno y el de la Universidad Nacional estaban ardiendo y la Policía no conseguía dispersar a los manifestantes, que tenían aterrorizada a la ciudad.
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