PRAGA
La de ayer fue, sin duda, la derrota más dolorosa en la corta carrera como entrenador de Velimir Perasovic y el técnico croata fue tajante en sus declaraciones posteriores, «no fuimos un rival digno».El técnico croata calificó el tropiezo de «doloroso» por no haber dado «nunca la impresión de poder competir de tú a tú con el conjunto israelí». En su análisis del partido, detalló que sus jugadores no encontraron la forma de atacar la defensa del Maccabi «ni de parar sus penetraciones y contragolpes», especialmente en la primera mitad.
Velimir Perasovic reconoció incluso que, «al principio del partido, ya se vio que un equipo era muy superior al otro» y justificó parte de esa diferencia en el mayor potencial físico rival.
«A Pablo Prigioni no le dejaron hacer su juego y eso también fue fundamental», manifestó Perasovic, quien lamentó igualmente la baja de Tiago Splitter tras lesionarse en el segundo cuarto, una baja que puede ser larga en el tiempo.
El entrenador del Baskonia no escondió que su equipo le dio al Maccabi «más facilidades de las que esperaba», pero instó a la plantilla a «levantarse cuanto antes», pese a que «este partido no ha respondido a las expectativas que se habían generado tras la victoria en cuartos ante el Panathinaikos».
El histriónico Pini Gershon estuvo bastante conciliador en la comparecencia post partido y puntualizó que su equipo protagonizó «uno de sus mejores encuentros de la temporada».
Gershon manifestó su «máximo respeto» por el equipo gasteiztarra, al que consideró como «un rival muy fuerte», aunque insistió en que su plantilla estuvo especialmente acertada. El técnico elogió la actuación del alero Parker y admitió que, incluso, pudo dar minutos a jugadores poco habituales para que las piezas clave dispusiesen de mayor descanso, pero descartó un nuevo triunfo cómodo en el encuentro en el que se decidirá el título en la final de mañana, sea quien sea el rival.