Elecciones presidenciales en Colombia
Por primera vez desde 1998, las FARC llaman a votar
Por primera vez desde 1998, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han apelado, a través de un comunicado hecho público en la zona liberada de La Uribe, a votar el domingo «por la opción más consecuente a favor de la paz y del diálogo»
LA JULIA
La guerrilla de las FARC, la organización armada en activo más potente de América Latina, ha hecho público un comunicado en el que anima a votar y critica duramente al presidente y candidato a la reelección, Alvaro Uribe.El comunicado ha sido distribuido en la localidad de La Julia, que forma parte de la municipalidad de La Uribe, 300 kilómetros al suroeste de la capital, Bogotá. La municipalidad de La Uribe, de 7.000 kilómetros cuadrados, es el feudo histórico del levantamiento armado en Colombia. Bajo control de las FARC desde noviembre de 1998 hasta febrero de 2002, La Uribe estaba incluida en la «zona desmilitarizada», del tamaño de Suecia, que fue escenario del diálogo entre el Gobierno del entonces presidente, Andrés Pastrana, y la guerrilla, diálogo que acabó sin resultados. Ricardo Cantalapiedra, cura de la municipalidad de origen español, asegura que, en sus controles, la guerrilla insta a los conductores a votar pero a no hacerlo por Uribe. «Es Uribe el que nos lleva a una guerra civil», afirma vehemente una mujer que, como la mayoría de los vecinos, no oculta su simpatía por el candidato opositor Carlos Gaviria. «La guerrilla ha dado su autorización para votar y se ha replegado. Las FARC quieren que las elecciones sean transparentes», asegura el secretario del Gobierno municipal, Erinson Ruis. «Esta vez la guerrilla quedará al margen», coincide Ricardo Valeo, presidente del consejo municipal de La Julia. Nueve asociaciones comunales han exigido que se abran colegios electorales en la localidad y se han comprometido a asegurar la seguridad de los miembros de los colegios.
Precedentes
En el transcurso de las elecciones legislativas del 12 de marzo, las FARC hicieron explotar dos coches-bomba en esta región y decretaron el «paro armado», prohibiendo todo desplazamiento el día de los cimicios. Y, durante las elecciones de 1998, la tasa de participación en la zona no superó el 10%, lo que dejó en evidencia la sintonía entre población y guerrilla de las FARC.
Guerrilla omnipresente
En La Julia, el Ejército y la Policía están ausentes y la guerrilla, en la que están enrolados cientos de vecinos, es totalmente omnipresente.El Ejército se contenta con controlar los accesos y ya ha advertido de que no podría asegurar «la seguridad de los colegios electorales en las zonas campesinas». La proximidad de la jornada electoral, el próximo domingo, les pone nerviosos. Así, un periodista y un fotógrafo de la agencia France Press fueron expulsados ayer por el Ejército y escoltados por soldados hasta el límite de la zona. El coronel Jorge Mejía, responsable del «Plan Patriota» en este sector, invocó «órdenes del estado mayor» para justificar esta intromisión en el derecho a informar. Afirmó, asimismo, que en la zona se registraban combates, extremo desmentido por las autoridades civiles.
Batería de promesas de Uribe para hacer olvidar el conflicto armado
J.E. BOTERO (“La Jornada”)
BOGOTA A solo dos días de las elecciones presidenciales y en medio de un clima de tensión derivado de continuos hechos de violencia, las campañas de los candidatos concentraron sus esfuerzos en la difusión de los programas de gobierno, dejando en un segundo plano la figura de los aspirantes. Voceros de la coalición de izquierda Polo Democrático denunciaron la existencia de una guerra sucia contra el candidato Carlos Gaviria con la circulación de mensajes calumniosos por Internet y vía telefónica. La aparición de mensajes contra Gaviria coincide con su sostenido avance en los sondeos, que lo sitúan en el segundo lugar. La campaña Primero Colombia, que impulsa la candidatura del presidente Alvaro Uribe, al frente en los sondeos y con posibilidades de ganar los comicios en primera vuelta, optó por seducir a los votantes indecisos con ofertas concretas, más que con un programa de gobierno: ofrece créditos para vivienda popular a 30 años, venta de computadores populares sin impuesto al valor agregado, ampliación del crédito educativo y seguridad social para taxistas y otros trabajadores que carecen de ella. En los numerosos capítulos de la oferta presidencial, sin embargo, no aparecen alusiones a los temas que, según la mayoría de los analistas políticos, deberían ser prioritarios en cualquier programa de gobierno para la Colombia actual: atender la catástrofe humanitaria que ha dejado la guerra en todo el país y buscar una pronta salida al conflicto armado. Y es que Colombia figura, detrás de Sudán, como el país con mayor número de desplazados (3 millones) por la violencia en el mundo. Voceros de la campaña del liberal Horacio Serpa y del socialdemócrata Carlos Gaviria coinciden en denunciar que «el país padece una verdadera crisis en materia de derechos humanos». En 2005 se produjeron en Colombia al menos 100 asesinatos de civiles por las Fuerzas de Seguridad. La ONU ha denunciado que el Ejército presentó este año como guerrilleros a 29 campesinos masacrados. Al menos 100 militantes de la casi extinta Unión Patriótica, que sufrió el exterminio de 4.000 de sus miembros en los años ochenta, han sido asesinados durante el gobierno de Uribe. A ello se suman unos 30 crímenes de sindicalistas y frecuentes detenciones masivas, especialmente en el campo, de centenares de campesinos a los que el Ejército acusa de auxiliar a la guerrilla. En medio de este panorama, el domingo hay elecciones.
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