Maite Soroa
El podio del despropósito
La necesidad enfermiza de notoriedad lleva a algunos a hacer cosas como las del juez Grande Marlasca. Lo hizo antes Bueren, le siguió Garzón y ahora éste pretende subir al podio del despropósito.Y en la prensa de la derechona le bailan el agua. En “Abc”, C. Martínez de Castro taconeaba y daba palmas: «La independencia de los jueces, la dignidad de las víctimas y la vigilancia de la oposición son los resortes de defensa del Estado frente al ‘ansia infinita de paz’ del presidente Zapatero que tan cara nos puede salir a todos. Las bravuconadas de Otegi y sus cuates están encontrado cumplida respuesta en la actitud del juez Grande Marlaska, la AVT ha demostrado su capacidad de movilización y su impresionante cohesión interna pero el PP parece perdido en sus avales, sus matices y sus puntualizaciones más que en su inexcusable labor de fiscalización». El editorialista de “La Razón” alababa al juez como los incondicionales jaleaban a Curro Romero: «En un razonamiento impecable, Grande-Marlaska argumenta que puede haber un delito de ‘amenazas terroristas’. (Š) De nuevo se hace necesario subrayar la rapidez de reflejos y la solvencia técnica de Grande-Marlaska, cuyas actuaciones judiciales frente a los terroristas y su entorno político le han convertido ya en auténtica referencia para el ciudadano». No quedaba a la zaga “El Mundo”. El escribiente de Pedro J. Ramírez no ahorraba loas que harían feliz al mismísimo Narciso: «La decisión del juez viene a reconfortar a muchos ciudadanos que asisten atónitos e indignados a las amenazas de los proetarras, al argumentar con razones jurídicas lo que dicta el sentido común: una organización ilegalizada por colaboración con banda armada no puede celebrar actos de carácter orgánico ni proferir amenazas contra los jueces para, como bien asegura Marlaska, ‘obligar al Estado a aceptar los fines de su actividad criminal’». Y el veterano Pedro Calvo Hernando, en “Ultima hora”,
mostraba la verdadera cara del asunto: «Esa obsesión de algunos por ver en la
cárcel a Otegi y a otros dirigentes del sector sólo significa una obsesión por
ver descarrilado el proceso de pacificación, a pesar de que viene precedido por
el alto el fuego permanente de ETA. Que nos dejen de cuentos, que la cosa está
bien clara. Es una actitud, además, muy peligrosa, ya que podría traer consigo
el descarrilamiento del propio alto el fuego de ETA, aunque, vaya usted a saber,
es posible que en el fondo ese sea el deseo de no pocos». ¿Le procesara Grande
Marlasca? - msoroa@gara.net
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