«Se va a tragar, por miedo, un acuerdo rechazado por la mayoría de la plantilla»
Un grupo de trabajadores de Fertiberia cumple hoy su decimoprimer día en huelga de hambre para exigir la reapertura de negociaciones con la dirección de la empresa, que ha decidido cerrar su planta de Lutxana y trasladar la producción fuera de Euskal Herria. La mayoría de sus empleados rechazó el preacuerdo suscrito por UGT y CCOO en Madrid. Los huelguistas sostienen que ambos tratan de lograr su aprobación «recurriendo al miedo y la amenaza de ‘o esto o nada’».
BARAKALDO
El 12 de mayo los trabajadores de Fertiberia rechazaron por mayoría el preacuerdo alcanzado en Madrid por UGT y CCOO con la dirección ante el cierre de la planta de Lutxana, prevista para mediados de junio. El preacuerdo incluye un plan de jubilaciones y prejubilaciones a partir de los 51 años, que afectaría a 67 de los 118 trabajadores, la recolocación de 12 empleados en el complejo logístico que dice que ca a crear en el puerto exterior y 39 bajas incentivadas a 60 días por año.Mientras Fertiberia negociaba el cierre de la planta con los sindicatos, recuerdan algunos trabajadores, UGT y CCOO pedían «calma», rehuían las movilizaciones y rechazaban la propuesta de ELA de convocar una asamblea. Cuando aparece la propuesta definitiva de la empresa, ésta envía unos actuarios a explicar a los empleados el acuerdo, pero, además, pretenden que firmen una carta de apoyo a esa oferta. Al negarse éstos a hacerlo, se convoca una reunión urgente en Madrid, fruto de la cual es el preacuerdo firmado por CCOO y UGT. La mayoría de la plantilla dio la espalda al comité controlado por ambas centrales UGT (4), CCOO(3) y ELA (2) y se opuso a ese plan en el referéndum del día 12. Según ELA, «si se va a cerrar, hay que trabajar más ese acuerdo y conseguir unas condiciones dignas». Este rechazo, sin embargo, no hizo dar marcha atrás a la empresa, que dio por finalizada la negociación, dejó sin efecto el preacuerdo y anunció que activará las medidas legales correspondientes (traslados, expediente...), decisión que llevó a cinco trabajadores a los que se han sumado cinco más a iniciar una huelga de hambre en la planta de Lutxana para exigir la reapertura del diálogo.
Firmas de CCOO y UGT
Mientras los huelguistas mantienen la protesta, UGTy CCOO han promovido una recogida de firmas de apoyo al preacuerdo entre sus afiliados con la intención de llevarlas a Madrid para que la dirección aplique su oferta, ahora retirada. El objetivo parece haberse cumplido, ya que ELA ha sido convocada el martes a una reunión.Iñigo Galdeano, representante de ELA y huelguista, asegura que en esa campaña están utilizando las «amenazas», asegurando que «las condiciones del preacuerdo les serán aplicadas sólo a quienes lo respalden, al resto, lo que la empresa quiera». Por eso, Galdeano denuncia que «se va a tragar, por miedo, un acuerdo rechazado por la mayoría». Además, advierte de que si Fertiberia no cumple el compromiso de reinvertir en el puerto exterior de Bilbo, no se puede asegurar que vaya a crear un centro logístico ni que vaya a cumplir lo acordado con UGT y CCOO, «y no nos fiamos de lo que digan». De hecho, señala que instancias oficiales les han comunicado que no existe ese proyecto ni han sido reservados terrenos para tal fin. Reconoce que los huelguistas, aunque físicamente bien, están muy bajos de moral y apela a las instituciones para que obliguen a Fertiberia a cumplir el compromiso de reinversión en Bizkaia y a que eviten que empresarios como Juan Manuel Villar Mir «vengan aquí a aumentar sus beneficios destruir empresas y empleo».
Grupo Villar Mir, un imperio empresarial
MADRID
Juan Miguel Villar Mir preside el grupo empresarial que lleva su nombre, propietario de Inmobiliaria Espacio, Fertiberia, OHL y Ferroatlántica, que, a su vez, controlan otras empresas. Villar Mir ocupó cargos administrativos durante la dictadura franquista y fue ministro de Hacienda y vicepresidente para asuntos económicos en el Gobierno de Arias Navarro. En 1976 volvió a la empresa privada. En 1987 fundó el Grupo Villar Mir, cúpula de su imperio empresarial y en 1994 fue vicepresidente económico del Real Madrid. Cuando ocupaba ese cargo propuso la venta de la esquina del Bernabéu, su primera operación inmobiliaria. En marzo de 2004 se anunció que la OHL de Villar Mir obtendría unos beneficios de 6,54 millones de euros por construir el rascacielos «Torre Espacio» en los antiguos terrenos del club. El Grupo Villar Mir nació en julio de 1987 con la adquisición del 100% de Inmobiliaria Espacio a Altor Hornos de Vizcaya (AHV), cuyo Consejo de Administración presidió Juan Miguel Villar Mir antes de dejar la empresa privada para ocupar cargos públicos con Franco. Ese mismo mes Inmobiliaria Espacio compra, también a AHV, la constructora Obrascon por 1 peseta. Cinco años después, adquirió la división de Carburos Metálicos y dos más tarde, el 20% de FESA (Fertilizantes Españoles), de la que nacería Fertiberia. Las compras de empresas continuaron en años siguientes. En tan sólo trece años el grupo pasó de unas ventas de cero euros a tener, en el año 2000, una facturación total de 2.685,2 millones de euros.
Un «pelotazo inmobiliario» tras un cierre
BARAKALDO Juan Miguel Villar Mir compró Sefanitro, que pertenecía al Ministerio español de Industria, encabezado entonces por Josep Piqué, por 5,5 millones, gracias a un protocolo firmado con UGT y CCOOque garantizaba la continuidad de la empresa en el puerto exterior de Bilbo, donde se invertirían las plusvalías. Esos terrenos fueron recalificados por el Ayuntamiento de Barakaldo dos años después y ahora su valor asciende a 350 millones, ya que ahí se construirán 2.000 viviendas. Fertiberia no parece tener la intención de cumplir su compromiso y alude a cuestiones de mercado para no construir la planta en el puerto exterior y, en su lugar, plantea la creación de un centro logístico. El diputado de Empleo y Formación de Bizkaia, Julio Artetxe, denunció este «pelotazo urbanístico» y ha exigido a la compañía que cumpla su compromiso. Incluso, le ha advertido de que pondrá «trabas» a sus pretensiones. Fertiberia, por su parte, ni siquiera ha accedido a reunirse con el diputado, tal y como éste había solicitado, según ha podido saber GARA.
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