Josu ZALBIDEA | STEE-EILAS
Ya tenemos LOE: M�s de lo mismo
Queremos denunciar, en primer lugar, el rancio centralismo en que se inspira, ya que una vez m�s se utilizan las leyes org�nicas para restringir las competencias exclusivas que en materia educativa tienen la CAPV y Navarra. As�, la administraci�n central se dota de un excesivo poder normativo b�sico que s�lo se matiza con el valor meramente consultivo de la Conferencia Sectorial de Educaci�n, se sigue reservando la potestad de establecer el 55% del curr�culo, se atribuye la alta inspecci�n y el control de los sistemas de evaluaci�n del sistema educativo y, por el contrario, se transfieren a las comunidades aut�nomas todas las obligaciones econ�micas que la ley pueda implicar. S�lo por esto ya resulta totalmente incomprensible el voto favorable a esta ley del PNV y de EA en el congreso de Madrid. A pesar de que algunos pretenden que es una ley que favorece la ense�anza p�blica, las consecuencias del acuerdo previo con las patronales de la ense�anza privada se manifiestan en todo el articulado. Al personal de los centros privados s�lo se le garantiza el sistema de pago delegado, vigente desde hace a�os, y una vaga promesa de �equiparaci�n gradual�. En el aspecto financiero, la ley promete un futuro plan de incremento del gasto p�blico en educaci�n para los pr�ximos diez a�os, a fin de equiparar progresivamente �sta a la media de la UE. Este reconocimiento t�cito de la inferior dotaci�n presupuestaria de nuestros sistemas educativos no se corresponde con ning�n compromiso financiero concreto ni con ninguna prioridad de gasto en la ense�anza p�blica, pero s� se remite al r�gimen de concierto econ�mico de nuestras comunidades para asumirlo. En cuanto a los procedimientos de admisi�n del alumnado, se establece que id�nticos criterios y zonas de in- fluencia han de regir para los centros p�blicos y los privados concertados, pero no se establecen los necesarios mecanismos de control para su verificaci�n y las comisiones �nicas de matriculaci�n se plantean s�lo como posibles, no como obligatorias. Tampoco las propuestas sobre reserva de plazas para escolarizar al alumnado con necesidades espec�ficas por incorporaci�n tard�a al sistema educativo o la posibilidad de aumentar hasta en un 10% las plazas escolares ordinarias para este fin son de por s� garant�a suficiente para reconducir la situaci�n de concentraci�n en los centros de la red p�blica. Respecto al profesorado y sus condiciones laborales, las supuestas mejoras (que algunos vendieron irresponsablemente antes de asegurar) se limitan a la gratuidad de museos y bibliotecas p�blicas o a la difusa promesa de protecci�n y asistencia jur�dica en el ejercicio profesional. De las expectativas creadas sobre el paso del personal acogido al r�gimen general de Seguridad Social al de clases pasivas, las rebajas de PP y PSOE lo han dejado reducido al mismo momento de la jubilaci�n y s�lo durante los cinco a�os que dure la implantaci�n de la ley . Tampoco el profesorado interino ve reconocida su hist�rica aspiraci�n a un sistema de acceso diferenciado. La �nica modificaci�n recogida es que la fase de oposici�n constar� de una �nica prueba, y s�lo durante el mismo per�odo de implantaci�n de la ley. Pero el c�mputo de la experiencia docente no se modifica, ni tampoco la exigencia previa de superar el examen para su consideraci�n. Con respecto a la direcci�n de los centros educativos, mantiene el mismo sistema de selecci�n y nombramiento por comisi�n mixta establecidos por la denostada LOCE, en clara contradicci�n con los anteriores llamamientos a la participaci�n de toda la comunidad escolar en la gesti�n. As�, la direcci�n se convierte en un representante de la administraci�n en el centro, dejando en la pr�ctica al claustro del profesorado y al consejo escolar sin atribuciones directivas o de control reales. Dicho esto el hecho de que la religi�n acaparase en su momento la centralidad del debate en los medios para seguir siendo finalmente de oferta obligatoria para el centro y voluntaria para el alumnado o de que no se clarifique si va a tener una alternativa no pasan de ser an�cdotas. La LOE presenta todav�a muchas inc�gnitas a la espera de su futuro desarrollo y deja la pelota en el tejado de los Departamentos de Educaci�n del Gobierno de Navarra y del Pa�s Vasco. Transformar las palabras bonitas en hechos concretos es ahora su responsabilidad. Y la nuestra presionarles para que lo hagan debidamente. -
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