RIODEJANEIRO
Alrededor de un millón de campesinos brasileños sin tierra esperan en campamentos al borde de carreteras y en haciendas invadidas una orden oficial de asentamiento, según un informe del Ministerio de Desarrollo Agrario divulgado ayer por el diario “Folha de Sao Paulo”.
Esa cifra muestra un fuerte crecimiento de las familias campesinas desposeídas durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y obliga al Gobierno a reasumir sus compromisos con la reforma agraria, afirmó José Vaz Parente, asesor del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra).
Según la Defensoría Agraria Nacional, del Ministerio de Desarrollo Agrario, el número de familias sin tierra acampadas subió de 60.000 en 2002 a 230.000 en 2005.
«Ese número (230.000 familias acampadas) muestra que los trabajadores se organizaron en los campamentos con la esperanza de que Lula resuelva los problemas de la reforma agraria. Y muestra la incapacidad y las limitaciones del gobierno para cumplir sus
promesas», manifestó Marina Santos, de la coordinación nacional del MST.
Según el MST, hasta diciembre del 2002, último año del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, 40.000 familias estaban acampadas en varias regiones del país.
El gobierno de Lula fijó una meta de asentamiento de 400.000 familias al término de su cuatrienio. El Gobierno brasileño asentó 127.000 familias en el pasado año.