El ministro brasileño Gilberto Gil defiende la cultura «hacker»
El ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, hizo ayer una apasionada defensa de la cultura «hacker» en la inauguración del Internet Global Congress, que se celebra estos días en Barcelona. «Yo, Gilberto Gil, como ministro de Cultura de Brasil y como músico trabajo cada día con el impulso de la ética ‘hacker’», sentenció de manera solemne.
BARCELONA
Para el ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, hay que distinguir los hacker de los cracker vulgares piratas informáticos, en su opinión y destacó a los primeros como «militantes de la contracultura que vieron en el ordenador una fantástica herramienta de comunicación».
Gilberto Gil opuso el mundo hacker a lo que ha denominado «ortodoxia analógica reaccionaria», un mundo que apuesta, según Gil, por el software libre y al cual «internet le permite crear espacios de igualdad perenne». Para el ministro brasileño, «los hacker crean, innovan, resuelven problemas y ejercitan la organización de ayuda mutua y voluntaria», lo que, a su juicio, encaja perfectamente con el espíritu fundacional de internet.
Gil, sin embargo, advierte de que «la revolución tecnológica no puede justificarse sólo por sí misma, sino que debe reflejarse en el beneficio y bienestar de los pueblos». El ministro puso de ejemplo el programa ‘‘Un PC para todos‘‘, que desarrolla el Gobierno de Lula da Silva para extender el uso de ordenadores accesibles de precio y equipados con software libre.
«Gracias a internet un indio del Amazonas puede ofrecer sus cestos artesanales a compradores del primer mundo evitando intermediarios y consiguiendo por ello un precio cien veces superior al que tenía antes, al mismo tiempo que el comprador consigue descuentos de decenas de veces», reflexionó Gilberto Gil en torno al citado proyecto.
Por su parte, el secretario español de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Francisco Ros, destacó en la inauguración de ayer la importancia del programa Avanza de convergencia de la Sociedad de la Información con Europa. Ros calificó este programa de «serio y riguroso», ya que cuenta con 5.700 millones de euros para cinco años y sólo en 2006 supondrá un desembolso de 1.200 millones de euros.
«El plan descansa en la colaboración con las administraciones autónomas», subrayó Ros, para quien «la cofinanciación con las CCAA obliga a comprometerse más con la obtención de resultados» y por ello ya se han firmado seis convenios con distintas comunidades autonómicas y otros tantos están pendientes de rúbrica en estos momentos.
El conseller de Trabajo e Industria catalán, Jordi Valls, señaló que internet y las nuevas tecnologías ya han pasado de ser una moda y ahora llega el momento de aplicarlas en las empresas y los hogares.
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