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Leblanc acompañado del que será su sucesor, Christian Preudhomme, se entrevistó ayer en Lehendakaritza con Ibarretxe, y la consejera vasca de Cultura, Miren Azkarate.

El encuentro con el lehendakari se produce después de que el año pasado la invasión de aficionados vascos en las cunetas del Tour produjera problemas a la organización francesa, lo que, según las palabras de Leblanc, les ha causado «una pequeña inquietud».

De hecho, este año, las etapas de los Pirineos se disputarán en día laborable, no en fin de semana como era habitual, lo que dificultará el traslado de aficionados vascos y ayudará a que «se vaya en otro plan», dijo rotundo Leblanc.

El director del Tour insistió en que quería lanzar un «mensaje amable» a la afición vasca, y que los problemas que ha habido en otras ediciones no son exclusivos de los vascos sino que se dan en otras zonas de la carrera comoAlpe d’Huez.

Su sucesor, Preudhomme, explicó que desean espectadores «entusiastas pero estáticos», y anunció que, siguiendo esta filosofía, han pedido a los realizadores de la televisión francesa que sólo enfoquen a los corredores y no a los números aficionados, que disfrazados, corren durante diez o quince metros a su lado.

«El protagonismo tiene que ser de los corredores», insistió Leblanc, quien subrayó que «somos conscientes de la pasión que siente esta sociedad por el ciclismo, y les pedimos que animen de una manera tranquila y deportiva».

Por último, sobre la posibilidad de que en el futuro recale una etapa en Hego Euskal Herria, la dirección del Tour contestó que cada año hay doscientas localidades, 150 francesas y 50 de fuera, que quieren albergar una etapa.

«Medidas enérgicas» contra el dopaje

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Leblanc no pudo evitar ayer pronunciarse sobre la trama de dopaje descubierta en el Estado español y que ha involucrado a los equipos Liberty-Würth y Comunidad Valenciana.

El director del Tour aseguró ayer que deberá ser primero la Unión Ciclista Internacional (UCI) la que se pronuncie sobre el caso de presunto dopaje, pero advirtió de que, tras ello, el Tour «tomará medidas enérgicas».

Leblanc dijo que conocer el caso de dopaje los «ha dejado cabizbajos e impresionados por la gravedad. Sólo tenemos información de la prensa, no de los tribunales», indicó.

«Será la UCI la que tenga que tomar las decisiones; ya que en caso de que haya demostración de dopaje la UCI puede llegar a quitar las licencias; de todas maneras, teniendo en cuenta que el Tour es la carrera más conocida de todas, para que su nombre no sea tachado ni ensuciado, tomaremos medidas enérgicas», dijo.

Preguntado sobre el caso concreto de la Dauphiné Liberé, que empieza este fin de semana, Preudhomme recordó que que debe ser la UCI la que decida.

«Sí esperamos que la investigación vaya hasta el final y que se llegue a encontrar la verdad, y que no nos quedemos a mitad de camino», dijo Preudhomme.