Karmele Andr�s (*)
Ni una mujer, ni un hombre, ni un euro para la guerra
Diversos colectivos de mujeres y antimilitaristas, a trav�s de la campa�a de objeci�n fiscal al gasto militar, queremos transmitir a la ciudadan�a una apuesta por un mundo solidario y desmilitarizado. Nuestra campa�a quiere denunciar la guerra contra Irak, que nos ha mostrado la m�s cruda imagen de muerte y desolaci�n que genera el militarismo y, a la vez, dar a conocer la objeci�n fiscal al gasto militar en la actual campa�a de la declaraci�n de la renta.
El �nimo de estas iniciativas es el de socializar el rechazo social que suscita el que cada vez m�s recursos econ�micos se destinen a financiar los ej�rcitos y las guerras que ellos conlle-van. En el Estado espa�ol 21.208,19 millones de euros. Desde la CAV a este gasto militar estatal contribuimos con 1.656,78 millones de euros (275.665 millones de pesetas). El gasto militar estatal al d�a en la CAV es de 4,54 millones de euros (755�40 millones de pesetas), esto supone que cada hora se destinan al gasto militar estatal 189.167 euros (18,9 millones de pesetas). En definitiva, cada persona residente en la CAV contribuye al gasto militar estatal con 797,72 euros (132.729 pesetas).
La pobreza y las situaciones de exclusi�n social se centran sobre las mujeres. Como ejemplo, baste decir que la incidencia de las situaciones de pobreza son cinco veces superiores entre las mujeres o personas dependientes de una mujer (17,2% frente a 3,2% en el caso de un hogar cuya persona �principal� es un hombre). Cuando las mujeres salimos al mercado laboral en busca de empleo, nos encontramos con mayores obst�culos que los hombres: la doble jornada laboral, la discriminaci�n salarial (30% de diferencia), las ocupaciones tradicionalmente femeninas peor pagadas, la econom�a sumergida (trabajadoras de hogar, limpiadoras...), el paro femenino que dobla al masculino (22% frente a 11%) y la precariedad laboral (contratos indefinidos en un 67% frente al 33%): contratos a tiempo parcial, temporalidad, etc.
Las mujeres somos el colectivo m�s numeroso de los llamados �nuevos pobres� en el paro, en el trabajo precario y, sobre todo, en los sectores con mayor riesgo de pobreza: mujeres sepa-radas, familias monoparentales, pensionistas, viudas, j�venes� Estos �nuevos pobres� definen a quienes, a�n con empleo, pensi�n, subsidio o ayuda social, no cuentan con los recursos suficientes para llevar una vida digna.
Por otro lado, el Gobierno sigue aumentando las partidas presupuestarias destinadas al Ej�rcito, mientras las instituciones siguen sin dar soluci�n a las situaciones y problemas m�s graves que las mujeres, como colectivo e individualmente, padecen: agresiones y malos tratos, separaciones y divorcios, discriminaci�n laboral y feminizaci�n de la pobreza, carencia de servicios socio-comunitarios: guarder�as, residencias de la tercera edad...
Si dej�ramos de pagar la parte que el Estado destina a gastos militares, si utiliz�ramos ese dinero para financiar proyectos de paz, posiblemente avanzar�amos muy en serio hacia la b�squeda fruct�fera de nuevas formas no destructivas de resolver los conflictos, desterrando las guerras y sus consecuencias para siempre. -
(*) En representaci�n de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia; los centros asesores de la mujer de Barakaldo, Sestao y Basauri, y la coordinadora antimilitarista Kakitzat
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