TOKIO
Shohei Imamura murió ayer en un hospital de Tokio debido a un cáncer de hígado, del que había recibido tratamiento desde el año pasado, según explicó su hijo, Hirosuke.
El director nacido en Tokio en 1926, ganó una Palma de Oro en Cannes por “La balada de Narayama” y otra por “La anguila” en 1997. Al recibir la noticia de que había ganado el primer galardón excusó su presencia en el certamen francés debido a sus obligaciones con sus alumnos daba clases en la Escuela de Cine de Yokohama, al sur de Tokio y envió un representante a recoger el prestigioso galardón.
Fue el cuarto director que ganó dos Palmas de Oro tras Francis Coppola, Bille August, y Emir Kusturica.
“La anguila” cuenta la historia de un homicida que aprende a relacionarse con otras personas tras rescatar a una muchacha que intenta suicidarse, y que vive con una anguila como única compañía. Imamura cuidó de una anguila durante la filmación, pero insistió en que era la única comparación entre el protagonista y el director. Mientras, “La balada de Narayama” sigue los pasos de un hombre que es obligado por una antigua costumbre japonesa a abandonar a su anciana madre en una montaña.
La crítica mundial destacaba su humanismo y su inconformismo, con el que mostraba las contradicciones de una sociedad que cambiaba la tradición por el consumismo.
Sumiko Sakamoto, que interpretó a la anciana madre, indicó que Imamura era el tipo de director que amaba profundamente los papeles de sus protagonistas. Imamura estudió historia en la Universidad Waseda de Tokio antes de unirse a la empresa cinematográfica japonesa Shochiku Co. en 1951, y debutó como director con “Deseos robados” en 1958.
A esa cinta le siguió “Mi segundo hermano” y “La mujer insecto”. Ambas le dieron fama internacional. Imamura retrató consistentemente en sus películas la ingeniosidad y energía de la gente ordinaria, como en su sátira de 1961 “Cerdos y acorazados”.
En su filmografía, equiparada a la de clásicos nipones como Yasujiro Ozu, Akira Kurosawa o Kenji Mizoguchi, destacan también “La mujer insecto”(1963) y la de 1964 “Deseo pecaminoso”, que retratan la vida de mujeres de humilde extracción y sin estudios que recurren a la prostitución para sobrevivir. “La venganza es mía”, de 1979 y “Lluvia negra”, de 1989, aportaron a Imamura fama internacional.