GINEBRA
La situación humanitaria en la isla de Java está «relativamente bajo control», señalaron ayer varios organismos humanitarios de la ONU, que consideran «rápida y eficaz» la respuesta para atender a los supervivientes del terremoto del pasado sábado.
La portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Elisabeth Byrs, señaló ayer, en conferencia de prensa, que el seísmo ha causado al menos 5.623 muertos y que los afectados son entre 100.000 y 150.000.
Byrs explicó que ahora la prioridad de la ONU es garantizar la salud y la distribución de agua y alimentos a los damnificados.
Respecto a la situación en la isla, afirmó que «sólo persisten problemas logísticos habituales» acarreados por la falta de espacio para almacenar la ayuda humanitaria y por la congestión de aeropuertos y carreteras. Otro obstáculo a la labor de emergencia son las lluvias que dificultan el tránsito por las carreteras por las que además se están desplazando los supervivientes. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las precipitaciones proseguirán en los próximos días, lo que aumenta así los riesgos de deslizamiento de tierras y dificultará el transporte.
Respecto a la distribución de la ayuda, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha entregado ya 70 toneladas de barras altamente energéticas. No obstante, estima que la crisis alimentaria podría durar entre dos y tres meses.
Entretanto, un seísmo de 5,6 grados sacudió ayer el enclave de Papúa (Indonesia) sin que se tenga información sobre daños.