COLOMBO
La decisión de la Unión Europea (UE) de incluir a la guerrilla de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE) en su lista de «grupos terroristas» dividió ayer a los ceilaneses por el temor a que tenga consecuencias sobre el frágil proceso de paz.
En una decisión incomprensible, al producirse en vísperas de la reanudación de las negociaciones, la UEtomó partido en el largo conflicto que vive la isla desde el alzamiento tamil en 1983 a favor de la independencia.
Pese a que la guerrilla mantendrá un encuentro con el Gobierno de Colombo en Oslo el próximo junio, la decisión de la UE, uno de los cuatro copresidentes del proceso de paz de Sri Lanka, es vista por algunos observadores en Sri Lanka como un nuevo contratiempo para un acuerdo entre ambas partes.
«No nos importa quién prohíbe al LTTE. Sólo sabemos que no nos podemos fiar en la comunidad internacional», afirmó Nadarajah Raviraj, de la Alianza Nacional Tamil (TNA), el principal partido tamil del país. Raviraj opinó que la decisión de la UE está basada en una única posición sobre el conflicto: la del Gobierno de Colombo.
Otros políticos ceilaneses, sin embargo, no están en contra de la inclusión del LTTE en la lista de la UE pero creen que la medida ha sido un poco precipitada. «Debía haber sido el último recurso», dijo Rauf Hakeem, líder del Congreso Musulmán de Sri Lanka, pues «la amenaza de adoptar esa medida podría haber servido para convencer al LTTE de volver a negociar».
En un comunicado emitido ayer, el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, afirmó que «el Gobierno espera que el LTTE tome nota de la postura, claramente expresada, de la comunidad internacional, de que deje (de cometer) actos de violencia y participe constructivamente en el proceso de paz».
Jehan Perera, director de la ONG ceilanesa Consejo Nacional de Paz, atribuyó la decisión de la UE a que el Gobierno ceilanés es visto en la comunidad internacional como «víctima» y no como «agresor».
Los copresidentes del proceso de paz Noruega, EEUU, la UE y Japón, tras reunirse ayer en Tokio, criticaron en una nota de prensa tanto al Gobierno como al LTTE por sus respectivos «fracasos».