El Euribor, índice de referencia de los préstamos hipotecarios, ha vuelto a marcar otro máximo. Concretamente, alcanzó en mayo su mayor aumento anual desde hace seis años, para situarse en el nivel más elevado desde agosto de 2002. Ala espera de que el Banco de España confirme oficialmente los datos aportados por los operadores del sector, esa cota del 3,308% en que se situó el pasado mes este índice tiene unas implicaciones evidentes en las economías familiares.
En los últimos once meses, el Euribor ha subido 1,11 puntos. Dicho de otra forma, para una hipoteca media de 120.000 euros a 20 años este ejemplo empieza a ser cada vez más irreal dado que el precio de la vivienda lleva a pactar cada vez mayores cuantías en los préstamos y a ampliar la duración de las hipotecas la cuota mensual se ha incrementado en casi 62 euros. No es de prever que en los próximos meses las cosas mejoren, ya que se anuncia un nuevo aumento de los tipos de interés por el Banco Central Europeo (BCE), lo que podría situar en pocos meses el tipo oficial en el 3 por ciento.
Desde la patronal bancaria se remarcaba ayer que los aumentos que registra el Euribor de forma sostenida no implicarán grandes descalabros para las cuentas domésticas, una opinión que avalaba la AEB en la predicción de que, en adelante, los aumentos que se produzcan «serán graduales, no excesivos y asumibles». Sin embargo, la subida del Euribor se combina con otros factores preocupantes, como la subida sostenida de la inflación, (4,5% en Araba; 3,9% en Nafarroa, 3,5% en Bizkaia y 3,8% en Gipuzkoa), lo que contribuye ya a menguar de forma considerable los recursos reales de que disponen los hogares para llegar a fin de mes.
Habida cuenta de lo complicada que está resultando la negociación colectiva en Hego Euskal Herria, con constantes invocaciones desde la patronal a la necesidad de la contención salarial so pretexto de la deslocalización, y de la desprotección que implican iniciativas recientes como la reforma laboral ya aprobada y la anunciada de las pensiones, no parece de recibo que se quite relevancia a un horizonte de aumento sostenido de la carga crediticia que soporta la mayoría de los hogares vascos.
Y menos cuando esas consideraciones sobre lo asumible o lo no asumible de una subida en las hipotecas las realiza la patronal de un sector, el bancario, que en el primer trimestre de 2006 ganó un total de 3.415 millones de euros. -