En el nueve del Tour del Saunier Duval destacaba la presencia de dos corredores que en su momento apuntaron una gran clase como David Millar y Cristophe Rinero, que fueron compañeros de equipo en Cofidis a finales de los noventa y que ahora se han reencontrado en el equipo de Matxin con el mismo reto de volver a una dinámica positiva olvidada años atrás. Los dos están felices al volver a un Tour al que deben la mayor parte de sus éxitos. Millar fue líder de la prueba durante tres días en el 2000 tras ganar la primera etapa contrarreloj. Además ganó una etapa contrarreloj en el 2003 antes de explotar al año siguiente el escándalo de dopaje del Cofidis que le supuso una sanción de dos años tras admitir que había consumido EPO.
Rinero destacó en el Tour del 98 al acabar cuarto de la general final e imponerse en la clasificación de la montaña en su mejor temporada que culminó con su triunfo en el Tour del Porvenir por delante de Joseba Beloki. A partir de ahí comenzaron sus problemas con las lesiones que le condenaron a quedar fuera de los mejores equipos hasta que recibió este año la oferta de Saunier Duval.
«La vida es complicada»
David Millar lleva una vida marcada por la inestabilidad que refleja su trayectoria. Nació en Malta, se estableció en Escocia, pero pasó por Hong Kong antes de instalarse en Miarritze, donde vivió ocho años antes de fijar su residencia actual en Inglaterra.
Preguntado por ese continuo ir y venir, Millar comenta que «la vida es complicada. Nací en Malta porque mi padre estaba allí por motivos de trabajo, después nos fuimos a Escocia, pasé siete años en Biarritz, un lugar ideal para vivir en el que me sentía como en casa y que adoro, pero tras el problema he tenido que salir de allí».
Millar vuelve a sonreir en el Tour, prueba en la que debuta tras cumplir su sanción: «Estoy muy feliz de volver a correr en esta prueba y de haber recibido la oferta para correr en el Pro Tour con Saunier, que es un buen equipo. Estoy muy contento aquí por encontrar a un director como Matxin, que tiene mucha confianza en mí. Tengo suerte de tener a un buen director para un gran equipo».
De cara al futuro, Millar señala que «mi objetivo es poder encontrar mi forma de antes y convertirme en un buen corredor más adelante. Espero que antes del final de año pueda verse a un buen corredor y que al año siguiente consiga dar un nivel importante»
No ha tenido un gran protagonismo en la carrera, aunque en el seno del equipo había gran confianza en su rendimiento en la prólogo en la que volvía a competir. Preguntado por su rendimiento en su regreso, el escocés señala que «este Tour se me ha hecho duro porque es difícil volver a competir en una carrera de tanta dureza tras dos años sin hacerlo. Pero estoy feliz porque he llegado al final del túnel».
Millar no quiere mirar atrás ni recordar todo lo que ha sufrido en sus dos años de suspensión, pero admite que «entrenarse sólo como lo he hecho sin competir se hace muy duro».
Recuperar la confianza
También Rinero ha vuelto al Tour con el mismo objetivo de reencontrarse con el corredor que destacó en 1998. Explica que «desde entonces he tenido muchas lesiones, me rompí la rodilla, estuve año y medio sin correr y a partir de ahí he tenido que hacerlo en pequeños equipos sin mucha motivación y ahora me he encontrado en un gran equipo como Saunier y así he encontrado de nuevo la motivación y espero hacer buenas cosas en el futuro. El Tour es la mejor carrera del mundo y yo no llego a estar con los más fuertes, pero estoy bien en las subidas y eso me da moral para estar todavía mejor el año que viene».Aunque en Alpes no ha podido mantener su nivel de Pirineos, se muestra satisfecho de su vuelta al ciclismo de primer nivel. «He encontrado la confianza, mi cabeza está bien y ahora tengo a mis 32 años mucha madurez y experiencia. He hecho un buen Tour. Para el sponsor era importante que tuviera una buena actuación en esta carrera, me he centrado toda la temporada para estar al 100% aquí. Estuve por delante en los Pirineos, me he mostrado en los Alpes y espero que no sea lo último que haga».
Lo que ha demostrado al estar entre los treinta primeros de la general es que tiene un nivel para correr en el Pro Tour: «Mi comienzo de la temporada ha sido normal, he trabajado bien para el equipo y ahora he visto que además de trabajar para los demás puedo estar adelante y eso me da satisfacción. Antes de los Alpes era el tercer francés en la clasificación, ahora se me ha metido alguno más, pero eso es importante para un corredor al que no se ha tenido en cuenta en los últimos años. No me marcó como objetivo estar entre los primeros franceses, sino dar el máximo, pero todos se han olvidado de mí, apenas se ha hablado de Rinero en este Tour y espero que si sigo así en el futuro se empiece a hablar más».
A la hora de explicar por qué los equipos franceses no se han acordado de uno de los pocos representantes en activo de su ciclismo que ha hecho entre los cuatro primeros en un Tour algo que sólo ha conseguido Cristophe Moreau, explica que «tengo 32 años y los equipos franceses prefieren buscar a jóvenes, pero el manager del Saunier Duval, Mauro Gianetti, ha confiado en mí, me ha llamado para ofrecerme la posibilidad de correr en un gran equipos y eso me ha dado mucha confianza y noto un cambio en mí. Espero dar un gran rendimiento esta temporada y en la siguiente en los dos años que he firmado con ellos». -
