López Aguilar, contra el sentido común
El ministro español de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, volvió a hacer gala de su verbo grandilocuente para atentar contra el sentido común. En una entrevista radiofónica aseguró que el proceso de paz en Euskal Herria no va dar lugar a ningún cambio legal ni a «suavizar» las condenas de los presos políticos vascos. ¿Realmente puede creer eso el ministro de Justicia? Entonces, ¿para qué va enviar el Gobierno español una delegación a dialogar con ETA? ¿Para parafraseando a José Blanco mirándoles a los ojos pedirles que se entreguen a la Audiencia Nacional, dispuestos a pudrirse en la cárcel? Hoy por hoy está ya comúnmente admitido que el Gobierno y ETA tienen que abordar las cuestiones referidas a la desmilitarización, la situación de los presos y represaliados y las víctimas, y a nadie con dos dedos de frente se le ocurre que ese diálogo pueda resultar fructífero si la base es que los prisioneros van a cumplir sus condenas «de manera entera y completa, sin remisión». Ningún proceso de paz en ninguna parte del mundo se ha abordado con éxito desde ese punto de vista y el ministro de Justicia haría bien en explicárselo a la opinión pública española, en lugar de hacer declaraciones que en el futuro pueden resultarle insostenibles. -
Otra «reinterpretación» de la realidad de Garzón
El Tribunal Supremo español se ha visto en la obligación de anular la sentencia de la Audiencia Nacional contra Hamed Abderrahaman Ahmed, porque la condena de seis años de prisión que le impuso por su supuesta integración en Al Qaeda se fundamentó, según señala textualmente el alto tribunal, en una «reinterpretación» de sus declaraciones, en las que tomó «en clave terrorista» palabras del acusado que no tenían ese sentido. De la lectura se desprende que, primero, Baltasar Garzón en fase de instrucción y, después, la Sala de la Audiencia Nacional que lo juzgó hicieron su propia interpretación de la declaración del acusado que había estado detenido en Guantánamo para alterar la realidad y favorecer la condena.Cabe observar que cambiar la realidad por las construcciones judiciales es una práctica de la Audiencia Nacional sobradamente conocida en Euskal Herria. -
Nuevo fracaso del neoliberalismo
La negativa de EEUU a flexibilizar sus posiciones sobre los subsidios internos a la agricultura y la incapacidad del resto de los miembros del G-6 (UE, Japón, Brasil, India, Australia) para alcanzar un compromiso, han vuelto a sumir en una crisis a la Organización Mundial del Comercio. Resulta llamativo, y al mismo tiempo enormemente contradictorio, que las grandes potencias como EEUU, que son las abanderadas del neoliberalismo, pretendan que las economías que todavía están en fase de desarrollo, e incluso de subdesarrollo alarmante, asuman los principios más crudos del llamado libre mercado, mientras ellas protegen sus mercados internos con subvenciones y aranceles. Es preciso alterar esta lógica de raíz y la OMC no es el marco para ello. -
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