GASTEIZ
La central nuclear de Santa María de Garoña fue parada y desacoplada de la red eléctrica la madrugada del domingo al lunes debido a la alarma originada ante la subida de temperatura del río Ebro, que se usa para el sistema de refrigeración, informó la empresa propietaria de la instalación, Nuclenor. La parada se produjo a la 01.32 y, según la versión facilitada por la empresa, se llevó a cabo con normalidad al aplicar las especificaciones técnicas de funcionamiento. Los responsables de Garoña argumentaron que el aumento de temperatura del río se produjo por la disminución temporal de su caudal a su paso por la central. Solicitaron, por ello, su incremento, con el objeto de volver a ponerla en marcha.
La reacción a esta nueva parada no programada no se hizo esperar. En opinión de Eguzki, esta nueva situación deja «al descubierto» dos problemas de «gran gravedad» que afectan a la «vetusta» central nuclear. Por un lado, su «caduco» sistema de refrigeración mediante la toma directa de agua del río Ebro. Recordó, en este sentido, que éste ya ha provocado sucesivos vertidos radioactivos, constatados por la presencia de sedimentos y las algas de isótopos radiactivos de Cesio-130 y Cobalto-60.
Citó, por otro lado, la ubicación de Garoña en la cabecera del Ebro. El colectivo ecologista subrayó que la actual legislación de aguas sería hoy en día «ilegal», ya que el Plan Hidrológico Nacional contemplaba la prohibición de este tipo de instalaciones en las cabeceras de los ríos.
«Problemas estructurales»
A su entender, la necesidad de un gran caudal de agua para refrigerar el sistema de la central a fuertes temperaturas, indica que la tecnología utilizada en los años 60 «ya está caduca y debería ser abandonada». Explicó que el reactor de agua a ebullición y el sistema de refrigeración mediante toma directa del río, a razón de 25.000 litros por segundo, «son una muestra de los problemas estructurales» de Garoña que desde Eguzki se llevan denunciando «desde hace demasiados años sin consecuencias».Destacó la «paradoja» de que este mismo mes, Nuclenor, propietaria de la central, haya presentado la documentación pertinente para prorrogar en otra decena de años su vida útil. Concretamente, hasta el año 2019. Tras calificar como «insostenible» la situación, reiteró que ya no son los grupos ecologista o las fuerzas sociales y sindicales las únicas que solicitan su «cierre inmediato». También lo hacen las instituciones.
Así las cosas, preguntó al Gobierno del PSOE a qué espera para «cumplir» su promesa electoral y «tomar de una vez por todas» la decisión de cerrar la central nuclear. El colectivo ecologista advirtió, en este sentido, que mientras esto no ocurra «seguiremos condenados día a día a la ruleta rusa» de Garoña.