El fracaso de la OMC en la negociación sume a la Ronda de Doha en una crisis
·Lamy asegura que la incapacidad de lograr un acuerdo envia «una señal negativa» para economia global
El fracaso de los países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para avanzar en la liberalización del comercio mundial, después de casi cinco años de negociaciones, sumió ayer a la Ronda de Doha en una crisis profunda con repercusiones para la economía global. Estados Unidos y la Unión Europea se acusaron mutuamente de mantener posturas «inflexibles» en la negociación y de ser responsables del fracaso de la cumbre.
GINEBRA
«La Ronda de Desarrollo Doha no concluirá este año», tal y como estaba previsto, admitió ayer el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, quien insistió en que la situación creada ante la incapacidad negociadora de las grandes potencias comerciales «es muy seria».La decisión de suspender esa ronda de liberalización comercial sin que se vea en el horizonte una fecha para su reanudación se ha producido después de que EEUU, la Unión Europea, Brasil, India, Australia y Japón se reunieran el domingo en Ginebra sin lograr recortar las diferencias. Tras intensas reuniones el fin de semana, los representantes de las seis potencias comerciales se separaron sin llegar a un entendimiento y anunciaron la suspensión de los encuentros previstos para ayer, así como de los que se habían programado para el próximo fin de semana. El objetivo era lograr un acuerdo en las fórmulas para reducir subsidios y aranceles agrícolas e industriales a lo largo de esta semana, de tal manera que en las próximas pudieran completarse otros capítulos de la negociación de Doha, que, a su vez, estaba previsto concluir antes de fin de año. «Ante el cariz de la situación y el bloqueo persistente, sólo puedo recomendar una vía de acción, que es la suspensión de la Ronda para que los participantes entables un proceso de reflexión, que es claramente necesario», señaló Lamy. Aunque indicó que no podía decir cuánto podría durar ese período de reflexión, otros participantes en la reunión, como el ministro indio de Comercio, Kamal Nath, consideraron que se abre una etapa que «puede durar de meses a años». Por su parte, el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, consideró que esa nueva fase podría durar unos meses, «entre dos y seis, probablemente».
Reflexión en casa
«Ahora hay que reflexionar en casa. Cada uno tiene que pensar sobre lo que hace falta en esta negociación, que es lo siguiente: pagar un poco más para tener un poco menos», subrayó un Lamy decepcionado, que pidió a los 149 países de la OMC, y en especial a los grandes, «hacer frente a sus responsabilidades». Agregó que «las consecuencias económicas no se verán inmediatamente, pero sí pronto. Esto afectará al ambiente geopolítico global», dijo.Estados Unidos expresó su «decepción» por el fracaso de la cumbre y pidió que no se retiren ofertas ni se acuse a nadie por la falta de resultados, aunque citó la «inflexibilidad» de algunos de sus socios comerciales. La UE, por su parte, responsabilizó a EEUU del fracaso y le acusó de mantener una postura «inflexible», sobre todo en agricultura, y de falta de interés en la liberalización comercial. La Ronda de Doha, que se lanzó en noviembre de 2001 y pretendía concluir a finales de 2004, tiene el propósito de alcanzar acuerdos que, entre otras cuestiones, hagan posible la liberalización del comercio agrícola, industrial y de servicios. Su objetivo, sobre el que todos los países reiteraron su compromiso, es que los beneficios de esa liberalización repercutan principalmente en los países menos avanzados. Algunos estudios presentados hasta el momento, como uno efectuado por el Banco Mundial, evaluaban en 100.000 millones de dólares anuales los beneficios que para la economía global tendría un resultado positivo de Doha. Uno de los principales escollos se encuentra en el sector agrícola. Los países en desarrollo piden la apertura de mercados de los países ricos, a los que también exigen que eliminen sus ayudas agrícolas internas y sus subsidios a las explotaciones. Los países desarrollados, por su parte, reclaman al mundo en desarrollo que rebaje sus aranceles a las importaciones de bienes industriales.
El crecimiento comercial bajó al 6,5% por el alza del petróleo
El crecimiento comercial en 2005 fue del 6,5%, un porcentaje inferior al 9% alcanzado en 2004, debido, en parte, al aumento del precio del petróleo, pero se mantuvo por encima del promedio de la última década, según informó la OMC. El Informe sobre el Comercio Mundial 2006 señala que el comercio en 2005 se caracterizó por el aumento del precio de los productos básicos. -
Asociaciones agrarias se felicitan por el bloqueo
GINEBRA La organización Vía Campesina, que agrupa a 132 asociaciones agrarias en 56 países, se felicitó ayer por el fracaso de las negociaciones del Grupo de los Seis, integrado por las principales potencias comerciales. «Se trata de una buena noticia y vamos a celebrarla», señaló a Efe Valentina Hemmeler, delegada de la asociación suiza Uniterren en nombre de Vía Campesina. Pese a esta nueva situación, la organización informó de que mantendrá las movilizaciones que había convocado en rechazo a estas negociaciones y en las que está previsto que participen agricultores de varios países asiáticos, sobre todo Filipinas e Indonesia. Entre las acciones previstas figura una protesta marítima en el lago suizo Lemán con barcos tradicionales de pesca filipinos construidos especialmente para la ocasión. En una conferencia de prensa, representantes de asociaciones de pescadores filipinos, coreanos y paquistaníes explicaron ayer que se oponen al sistema comercial que propone la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque «busca producir en los sitios más baratos, en malas condiciones sociales». Por ello, Uniterre pidió que sea la Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de alguno de sus organismos especializados, la que asuma la responsabilidad de desarrollar un sistema alternativo para regular el comercio mundial, que «tome en cuenta no sólo los criterios económicos, sino también los criterios medioambientales y los sociales».
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