MADRID

La aragonesa ganó a lo campeona, escapándose en el kilómetro 9 y rodando más de un centenar de kilómetros en solitario. Anunció de salida que iba a atacar y en la subida al Cristo de Rivas de la primera de las nueve vueltas, se fue, sin que nadie pudiera seguirla. A partir de ese momento fue abriendo diferencias que ya en la segunda vuelta era de casi dos minutos, llegando a ser de 3.47, máxima, al final de la séptima.

Por detrás, nadie quiso asumir la responsabilidad de la caza y todas miraban a la otra gran favorita, que no era otra que Eneritz Iturriaga, a la que nadie la secundó. Por ello, quedó una carrera de eliminación, en todos los sentidos de la palabra. Y si no que se lo pregunten a la castellano-manchega Ana Belén García, que cuando iba con Iturriaga escapada en la última vuelta buscando una plaza en el podio, sufrió una caída.

Iturriaga se hacía con una plata que lógicamente le sabía a poco, todo lo contrario que Alcalde, con un bronce que logró tras dejar al resto de corredoras con las que iba.

Para la navarra, «es un resultado que me quita la espina de ayer (el sábado) ­perdió el bronce en la crono por décimas, ya que tuvo que frenar cuando la moto que le precedía se cayó delante de ella­, por lo que estoy muy contenta. Iba con mi compañera (Josune) Murillo y con unos metros sobre Vilajosana, pero nos han cogido y no he tenido más remedio que volver a atacar en la última subida, que no era la más dura, e ir los tres últimos kilómetros a tope, para que no me alcanzaran, aunque sabía que las fuerzas iban muy justas”.

Iturriaga, por su parte, confesó que «sabía que Maribel iba a atacar de salida. Era algo cantado, porque nos conocemos desde hace bastante tiempo. Pero yo soy una corredora diesel, que me cuesta entrar en carrera y no he podido reaccionar. Eso sí, lo que no entiendo es que todo el mundo me mirara y me dejara a mí la responsabilidad de la caza, cuando era algo que nos iba a todas”.