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Gara > Idatzia > Mundua 2006-08-04
Mati ETXEBARRIA (Desde La Habana)
Normalidad social en Cuba
La salud de fidel castro acapara los comentarios cotidianos de la mayoria de los cubanos. son conscientes de que estan viviendo un momento transcendental. la vigilancia policial ha aumentado discretamente para evitar provocaciones de la contra interna, pero la gente mantiene su ritmo habitual. los trabajadores acuden a sus puestos, las playas estan repletas y la gente pasea por el malecon habanero

Las noticias de la urgente operaci�n a la que ha sido sometido Fidel Castro, su estado de salud y evoluci�n han desatado la especulaci�n sobre el futuro de la Revoluci�n en los grandes medios y diferentes capitales del mundo.

Bastante alejados de estos ejercicios de voluntarismo, los cubanos viven estos d�as con preocupaci�n no disimulada por la salud de su presidente, la mayor�a espera su pronta recuperaci�n y los menos callan cuando se les pregunta. Por lo dem�s, el pa�s respira una total normalidad social.

El tema forma parte de las conversaciones cotidianas, la gente comparte opiniones, comentarios y chismes en medio de sus ocupaciones normales, todo el mundo parece consciente de la seriedad y trascendencia del momento, pero esto no parece alterar su ritmo diario en medio de un caluroso verano, en realidad no parece suceder nada excepcional en la vida de estas personas abiertas, alegres y conversadoras que tienen una opini�n formada para todos los temas habidos y por haber.

La trasmisi�n de poderes anunciada en el primer comunicado, dictado y firmado de pu�o y letra por Fidel, certifica que la estabilidad institucional y de poder puede funcionar. Una direcci�n colectiva dirigida por Ra�l Castro es lo que estaba establecido y lo que la poblaci�n esperaba, por tanto, no hay sorpresas. As�, la �transici�n� que airean las agencias de noticias no es de r�gimen sino de personas, por el momento.

Los dirigentes nombrados son conocidos, y tienen experiencia y prestigio. Ra�l Castro no es para los cubanos el �hermano� sino un hombre con larga trayectoria y m�ritos propios, probado en la administraci�n y la gesti�n al frente de la Fuerzas Armadas. La gente no expresa en general dudas respecto a su capacidad y legitimidad aunque no posea el carisma ni el liderazgo de un Fidel irrepetible.

El Ej�rcito y los integrantes del Ministerio de Interior est�n movilizados, pero a nadie le resulta anormal dadas las amenazas prometidas desde el Gobierno de EEUU. Sin embargo, no se observa una vigilancia excepcional en estos d�as estivales. En las noches s� se puede apreciar la discreta presencia de la guardia de los comit�s barriales (Comit�s de Defensa de la Revoluci�n), al parecer activados para evitar provocaciones de la contra interna.

La poblaci�n sigue con mucho inter�s las noticias que da la televisi�n al respecto, y que son reproducidas por la prensa nacional. Otros sintonizan canales de sat�lite que muchos cubanos instalan ilegalmente aprovechando los avances de la tecnolog�a, pero realmente la mayor�a de las noticias son las repercusiones en el exterior, dado que ya se anunci� oficialmente que no va a haber una avalancha de partes m�dicos y que se ir� informando cuando los resultados de la operaci�n sean estables.

Dolidos por el revanchismo en Miami

Desde hace tres d�as el Partido y la Central de Trabajadores organizan por centros de trabajo concentraciones (para reafirmar el apoyo a la Revoluci�n y el deseo de la pronta recuperaci�n del Comandante) con una importante asistencia de personas. Muchos comentan con cierta indignaci�n las reacciones de j�bilo en Miami ante las primeras noticias, y sacan sus conclusiones sobre esas crudas muestras de revanchismo y odio que son un bot�n de muestra de lo que pasar�a si los planes estadounidenses de derrocar a la Revoluci�n triunfasen.

Mientras tanto, las playas y centros de esparcimiento se llenan a pesar de la escasez de transporte colectivo, los habaneros pasean por el concurrido Malec�n ­donde se han suspendido los Carnavales­, y los trabajadores acuden a sus puestos. -


 
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