BAALBECK
Mohammed Hassan, 14 años de edad, se refugió con su familia en el sótano con su familia en la incursión israelí de la madrugada del miércoles en Baalbeck.Los soldados israelíes penetraron en la casa, «comenzaron a gritar para que subiéramos y nos esposaron», cuenta este adolescente. La mayoría de los vecinos habían abandonado el barrio, pero su padre, Hassan Diab, decidió quedarse por temor a que le robaran en su tienda de alimentación.
Esa noche nadie le robó. Sus problemas llegaron porque su familia se apellida Nasrallah, como el líder de Hizbula, apellido muy común en todo Líbano y que se encuentra en todas sus comunidades, no sólo entre los chiítas. Huelga decir que la familia no tiene nada que ver con el dirigente del Partido de Dios.
«Cállate o te mato»
El joven recuerda la escena: «Los soldados nos gritaban y nos maltrataban en todo momento. Mi madre se interpuso y les pidió que tuvieran piedad de los niños y que nos trataran con respeto. ‘Cállate o te mato’, le gritó uno de los soldados israelíes, quien reforzó sus palabras disparando una ráfaga sobre la cabeza de la mujer.Mohammed Hassan fue conducido con los cinco hombres que se hallaban refugiados en su casa, entre ellos su padre y su hermano, por un centenar de soldados. Tuvieron que andar esposados durante hora y media hasta que llegaron a donde esperaban los helicópteros con los que el Ejército israelí realizó su «espectacular» incursión aerotransportada a esta ciudad del valle de la Bekaa.
«Durante todo el trayecto nos hacían preguntas. Hablaban en buen árabe aunque con un poco de acento. Nos preguntaban si éramos miembros de Hizbula y si éramos parientes de (el líder de Hizbula) Nasrallah», recuerda el joven.
Una vez llegados hasta los helicópteros, los soldados le soltaron las manos, le dieron una patada y le ordenaron irse.
Los israelíes se llevaron a los cinco hombres, que presentaron como «peligrosos responsables de la formación chiíta».
Al alba, pudo llegar a casa de su tío. Allí se reencontró con su madre, Qum Biilal, que pide a Cruz Roja noticias del paradero de su marido.