GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-08-04
Martin GARITANO
Miguel apostaba en el frontón
·La vida sigue igual (XLIII)

Sergio llegó a la casa parroquial pasadas las doce y media del mediodía, en el momento en que Simón terminaba de corregir el sermón que había preparado para el funeral de la tarde. Antes había dado las instrucciones al sacristán para que el templo fuera ornamentado adecuadamente para las exequias de Miguel.

­¿Dónde te habías metido? El sacristán necesitaba que le echaras una mano...

­Disculpa tío, pero después del paseo me he entretenido leyendo las crónicas de la prensa. Hoy todo el mundo habla del asesinato.

­Mejor si hablaran menos. La familia está destrozada y las habladurías de la gente no hacen más que aumentar su dolor.

­No es sólo la gente, tío. Es la prensa.

­Peor aún. Los periodistas están hechos de la peor pasta.

Simón guardó los folios en los que había redactado el sermón en una carpeta y se dispuso a salir, cuando sonó el teléfono. Era Huesitos.

­Perdona que te moleste, Simón. Supongo que estarás atareado. Te llamo para decirte que hemos pensado ir a Landatxo por la tarde. Nosotros comeremos en el K.O. Si queréis comer con nosotros, podríamos ir luego todos juntos...

­No, gracias. Yo voy a Landatxo ahora mismo. Quiero estar con Lurdes y con sus hijas, pero avisaré a Sergio, que acaba de llegar de dar un paseo.

Después de una ducha rápida, Sergio se acercó al Itsasalde. Allí estaban Huesitos, Gotzon, Mila y Miren.

­Hombre Sergio. Hoy andas tarde...

A Mila no se le escapó el matiz irónico del saludo de Miren. Huesitos y Gotzon no se percataron de nada.

A la misma hora, Simón enfilaba el coche en dirección a Landatxo.

El velatorio de Miguel estaba instalado en una de las habitaciones del caserío. El féretro, cerrado, estaba cubierto por un ramo de flores y rodeado de cuatro lámparas que imitaban a cirios. Lurdes y una de las hijas permanecían sentadas junto al ataúd mientras la otra chica atendía las visitas en el portalón. Cuando llegó Miguel, un matrimonio amigo salía de la casa y la viuda y las dos hijas quedaban solas con el muerto.

­¿Cómo estáis? ¿Habéis dormido algo esta noche?

­Poco, Simón. Muy poco. Es tan difícil de entender todo...

Confesiones en la comida

Los cuatro abandonaron la habitación habilitada como capilla ardiente y se reunieron en la cocina. Sobre el fogón de una antigua cocina económica bullía una cazuela de la que emanaba el inconfundible aroma de la coliflor.

­Vamos a comer ahora, antes de que empiece a venir la gente. Quédate con nosotras, por favor.

Simón aceptó la invitación y, tras bendecir la mesa, empezaron a comer. El ambiente estaba impregnado de tristeza y de tensión. Simón se decidió.

­¿Qué sabéis vosotras de las actividades del aita? He oído que no llevaba buena vida...

­Miguel era muy trabajador. En el caserío, de jardinero... pero tenía sus cosas. Pasó por una depresión muy grande hará cosa de tres o cuatro años y desde entonces salía mucho. Al anochecer, varios días por semana marchaba y regresaba de madrugada.

­¡Qué raro! No le he visto nunca por los bares del pueblo.

­Es que no iba a Uriondo. No le gustaba. El prefería ir a Eibar. Allí fue donde conoció a esa gente...

­¿Qué gente? Por favor, hablad más claro.

­En Eibar empezó a tratar con gente que andaba en las apuestas del frontón, gente con dinero... y con muchos vicios. Ya sabes.

­¿Mujeres? No me imagino a Miguel con líos de faldas.

­No, no. Mujeres no. Le gustaba apostar y yo creo que ahí se enredó con deudas. Por eso empezó a traer esa gente a la casa. Y esas cajas...

­Perdona Lurdes, no estoy entendiendo nada. ¿Quieres decir que estaba endeudado y que tuvo que empezar a trabajar para pagar las deudas?

­Si, algo así, pero mejor hablamos de eso mañana. Ahora no tengo la cabeza para nada.

Simón respetó la petición de Lurdes y, en silencio, acompañó a las tres mujeres al velatorio. Rezó un responso y, a continuación, se despidió de las tres con un abrazo.

En el K.O. el resto de la cuadrilla daba cuenta de una cazuela de pescado digna de un banquete.

­Hoy sí que te has lucido. Está exquisito.

­Seguro que el caldo está hecho con congrio, ¿verdad Eusebio?

­Creo que sí.

Huesitos encajó el golpe con poca deportividad:

­¡Anda, no me jodas!

Terminada la comida, Huesitos hizo ademán de pedir el tapete y la baraja para el mus. Mila cortó la iniciativa.

­No empecéis ahora con las cartas. Hemos quedado en ir a Landatxo, así que lo mejor será que os teméis la copa rapidito y cumplimos con el pésame. Yo luego tengo que hacer cosas en casa.

Gotzon opinó en el mismo sentido.

­Será lo mejor. Hacemos la visita a la familia de Miguel y luego tendremos tiempo de echar una partida antes del funeral.

­¿Funeral? Si vamos a la casa, ya hemos cumplido. Además, el funeral es a las siete y hoy Simón dará una tabarra de cuidado en el sermón. Yo, desde luego, no voy a la iglesia.

­Bueno, pero por lo menos habrá que ir a saludar a la viuda y a las hijas.

­A la vuelta jugamos una partida.

Miren también intervino:

­Y mientras vosotros jugáis al mus, Sergio y yo podemos ir a la sociedad y preparar algo para la cena. ¿Qué os parece si preparo pollo en salsa?

­Si Mila se marcha a casa y Sergio y tú vais a Ur Gaiñ, ¿con quién coño jugamos Gotzon y yo?

­Pues no sé, con Juanjosito y Arantzazu, por ejemplo.

­Está bien, ahora, de camino a Landatxo, le damos un toque.

No hizo falta acercarse al kiosco. Juanjosito y su mujer entraban en aquel momento al K.O.

­Nosotros vamos a Landatxo...

­¡Ah! Pues os acompañamos. Además, no podemos ir al entierro porque vienen mi hermana y mi cuñado a pasar unos días y habrá que organizar la cena...

­Pues si queréis, venís a cenar a la sociedad. Miren y el pibe van a preparar pollo en salsa.

­Estupendo.

(CONTINUARA)


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Iritzia
Otra subida que golpea al bolsillo
Jendartea
La subida de precios de amarres agita las aguas en los puertos
Euskal Herria
Asociaciones de víctimas del franquismo rechazan la Ley de Memoria Histórica
Euskal Herria
Entre mesas y legalizaciones
Mundua
Washington urde un plan para acelerar el fin del Gobierno cubano
Mundua
Siete muertos en Israel por cohetes de Hizbula
Mundua
El prorruso Yanukovich será nombrado de nuevo primer ministro de Ucrania
Kultura
El museo Chillida Leku acogerá cuatro conciertos en homenaje a Aita Donostia
Kirolak
Mikel Astarloza ficha por Euskaltel-Euskadi
Ekonomia
El BCE eleva los tipos de interés al 3% y no descarta nuevas subidas
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss