Desde Axola estamos asistiendo con indignación y preocupación a una secuencia de hechos que están distorsionando la realidad de una situación que, en definitiva, no es otra que la deficiente prestación del servicio por parte de esta empresa.En este momento, nos encontramos con una serie de cuestiones que están desviando la atención hacia algunas vertientes muy importantes como son las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras (o la sentencia dictada por el Tribunal Administrativo de Navarra sobre su desacuerdo respecto de la resolución del concurso que le concedió la gestión del Servicio) pero que, indirectamente, están haciendo que no se aborde la cuestión fundamental, que consiste en las graves deficiencias que se han dado en la prestación de los servicios por parte de Amma Asistencial, así como el nulo efecto que todo ello ha tenido para la empresa, que se propone volver a concursar en la nueva adjudicación del SAD que se va a realizar para 2007.
En esta línea de despropósitos, el señor Rafael Iglesias, director general de Amma, en entrevistas realizadas en los medios de comunicación locales, señalaba textualmente que el Servicio de Atención a Domicilio ha experimentado desde que están ellos «una notable mejora en el índice de satisfacción de los usuarios». Nos imaginamos que esta afirmación será la conclusión de la encuesta que realizaron ellos mismos a las personas atendidas por este servicio, y que ha levantado polémica también por lo que tiene que ver con la protección de datos.
Todos y todas sabemos que una evaluación para ser objetiva debe ser neutral, y dudamos de que una empresa que tiene intereses, sobretodo, de tipo económico y expansivo vaya a ser crítica con ella misma, ya que su objetivo primordial es realizar una «buena propaganda» hacia unos clientes potenciales como son las personas usuarias del servicio, ya que está configurado principalmente por personas mayores que presentan problemas de dependencia.
Resulta paradójico y, además, de una prepotencia total que Amma salga a los medios de comunicación hablando de calidad, cuando tiene bajo su responsabilidad más de 50 incidencias por incumplimientos en la prestación de servicios, que han sido recogidas por los y las profesionales de los Servicios Sociales. Queremos indicarle al señor Iglesias que, del mismo modo que Amma tuvo en su día denuncias de trabajadoras en una residencia de su propiedad, en el servicio que nos ocupa sí se han producido denuncias de las personas usuarias, aunque no hayan ido a presentarlas al registro del Ayuntamiento. Entenderá perfectamente que es un poco complicado que lo pudieran hacer, ya que todas ellas presentan, en mayor o menor grado, problemas de autovalimiento que precisamente originan la atención por parte de ese servicio.
Sin embargo, las citadas denuncias tienen la misma validez que si hubieran sido registradas, ya que han sido comunicadas a los profesionales de Trabajo Social que les atienden en sus barrios.
También queremos señalar que detrás de esas incidencias hay 50 personas afectadas que tienen nombre y apellidos y que no han sido atendidas del modo que se debiera. Para Amma, según la entrevista realizada al señor Iglesias, el 0,68% sólo es un dato, para nosotros y nosotras tiene además cara humana. Pero además, si analizamos las cifras que se señalan, diremos que, apli- cando una simple regla de tres, el resultado arroja que más de un 7% de los usuarios han padecido las faltas de atención.
Con relación a la justificación que realiza el señor Iglesias sobre una atención que no se realizó, que puede considerarse grave, y de la cual se hicieron eco los medios de comunicación, queremos decirle que el argumento que da referido a la falta de coordinación entre los técnicos/as del Ayuntamiento y los de Amma no es cierto. El señor Iglesias posiblemente sufra de pérdidas de memoria, pero le vamos a recordar cuál fue la realidad y cómo se produjo. ¿Se podría acordar de cómo fue despedida una de las coordinadoras por parte de su empresa? ¿De cuándo se produjo? ¿Y de cuándo se le sustituyó? Si contesta a todas estas preguntas obtendrá la respuesta. El fondo es, una vez más, la prepotencia de Amma al despedir a una trabajadora, que, por cierto, realizaba bien sus tareas, de forma injusta y sin ningún tipo de previsión, dejando sin cubrir durante más de dos semanas sus funciones y por lo tanto sin atender a las personas usuarias ¿Cuánto le importaban a Amma las y los usuarios? ¿Y cuánto deshacerse del personal que le resultaba incómodo?
La verdad es que, con todo este panorama, resulta patético que Amma se plantee volver a presentarse al nuevo concurso, si bien no nos extraña, ya que, como señala en la entrevista su director general, la nueva Ley de la Dependencia va a venir cargada de un interesan- te montante económico y, al final, el objetivo fundamental de esta empre- sa es el de hacer el mayor negocio.
Desde Axola entendemos que sería un despropósito, además de una falta de ética, que el Ayuntamiento no exigiera responsabilidades, donde las haya, por todo lo acontecido y que esta empresa concursase como si no hubiera pasado nada. Además, queremos mostrar nuestro total apoyo a los y las trabajadoras familiares de Amma en sus reivindicaciones, y reforzar la profesionalidad que están manteniendo ante tantas ad- versidades.
Por último, no podemos dejar de reivindicar que el Ayuntamiento de Pamplona se haga cargo de la gestión directa del Servicio de Atención a Domicilio en su totalidad como mecanismo de garantía de calidad. Su argumento de tener un menor coste económico mediante la gestión indirecta por empresas no está demostrado, mientras que las deficiencias sí van siendo demostradas.
(*) Axola es la Asociación navarra para la promoción del Bienestar Social y los Servicios Sociales.