BILBO
Desde el pasado miércoles se está produciendo en la cueva de San Pedro de Busturia, en pleno corazón de la Biosfera del Urdaibai, un vertido incontrolado de hidrocarburos, según informaron ayer desde la Sociedad de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia. Según describieron espeleólogos de esta sociedad que ayer mismo fueron testigos del vertido, en la misma boca de la cueva se podía apreciar «un gran olor a combustible» y en el río se podía divisar «una capa de combustible de color rojizo que desprendía gran cantidad de gases». Explicaron asimismo que estos gases llegaron a producir dolor de cabeza y mareos a varios miembros del equipo.Dos componentes del grupo de espeleólogos entraron con precaución a la cueva y en el interior apreciaron «grandes bolsas de hidrocarburos y una gran emanación de gases tóxicos», por lo que tuvieron que abandonar la cavidad inmediatamente percatados del peligro que corrían.
Se da la circunstancia de que la cueva de San Pedro alberga en su interior la colonia de murciélagos más importante de la reserva del Urdaibai. A este respecto, los expertos de Alfonso Antxia afirmaron ayer que «no sabemos si se encontraran vivos». Y es que los gases tienden a ascender a las zonas superiores de la cavidad y es concretamente en este lugar donde se encuentra la colonia principal de estos mamíferos que están en vías de extinción. El hecho de que en el trayecto del recorrido del río se hayan encontrado muertos insectos, pececillos e incluso un aguila desalienta a los espeleólogos, que temen que los murciélagos hayan corrido la misma suerte y se encuentren muertos.
Según agregaron, al percatarse de la gravedad de la situación alertaron al servicio de emergencias. Tras personarse una patrulla y verificar el vertido del residuo fueron avisados asimismo los técnicos del Gobierno de Lakua para que evalúen el vertido incontrolado.
El río afectado es afluente de la Reserva de la Biosfera del Urdaibai y la citada cueva está protegida por albergar la colonia de murciélagos más importante de la reserva.
En cuanto a las características de la cueva, los espeleólogos han explicado que se trata de una cavidad de 3.000 metros de desarrollo con una boca de cuatro metros de ancho y casi dos y medio de alto. Además, presenta un trayecto cómodo, ya que las galerías tienen una anchura de metro y medio a dos metros. El único inconveniente es que hay que introducirse al río para caminar en su interior. No es, por tanto, un lugar de difícil acceso.