BEIRUT
Un mes ha tardado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en pronunciarse sobre la agresión israelí contra Líbano. Finalmente, la resolución vio la luz, pero de momento no ha detenido la agresión de Israel, que ha triplicado su fuerza invasora en el sur y continuó bombardeando objetivos civiles en todo Líbano.La resolución 1701 fue aceptada en la noche de ayer por el Gobierno libanés con grandes reservas y «un alto grado de escepticismo por nuestra parte», afirmaba el primer ministro Fuad Siniora antes del comienzo de la reunión, ya que mientras por un lado se habla de «paz», «el problema es que los israelíes continúan la agresión a pesar de que se haya aprobado la resolución de la ONU. Están bombardeando cada barrio del país y matando a gente inocente, y esto está creando un alto grado de escepticismo».
El líder de Hizbula, Hassan Nasrallah, por su parte, se comprometió a respetar el «cese de hostilidades» «en cuanto se fije una fecha». Sin embargo, Nasrallah afirmó que el texto era «injusto» y advirtió de que «no debemos cometer el error, la resistencia, el Gobierno o el pueblo de considerar que la guerra ha terminado. La guerra no ha acabado, pues seguimos siendo atacados». «A día de hoy nada ha cambiado y parece que de aquí a mañana, nada cambiará», por lo que la resistencia continuará mientras sigan los ataques israelíes y sus tropas de ocupación permanezcan en el sur del país.
El Gobierno israelí, por su parte, no se ha pronunciado oficialmente al respecto, pero según filtraciones de fuentes oficiales se espera que mañana, a las 7.00, decrete su «alto el fuego». Otra cosa es que se retire de territorio libanés.
Olmert dijo el viernes que el texto «era satisfactorio en una medida razonable» y que será sometido hoy a la votación de su Gabinete, aunque horas después los militares israelíes indicaban que la operación de invasión era «sin límite de tiempo». «Al menos una semana más», dijo un general. Más tarde, Alon Friedman, jefe de operaciones israelíes, dijo que la invasión podría «durar semanas».
La resolución en cuestión, la 1701, entre otras lagunas y pese a ser más equilibrada que la primera propuesta franco-estadounidense, destila un tufo proísraelí. Llama al «cese inmediato de hostilidades», pero en particular al cese inmediato de los ataques de Hizbula, mientras llama al «fin de las operaciones militares» de Israel y a su repliegue «gradual» de territorio Libanés «lo antes posible». Sin embargo, ni especifica la fecha en que debe instaurarse el alto el fuego ni el momento en que debe iniciarse el repliegue israelí. EEUU evitaba así toda mención a la retirada israelí de suelo libanés hasta que el Consejo presente planes detallados para el despliegue de una fuerza internacional que sustituya a Israel.
Al respecto, el texto adoptado pide el refuerzo de la misión de Naciones Unidas, que pasará de 2.000 a 15.000 efectivos.
El texto no hace mención directa al repliegue de Hizbula, pero sí menciona los acuerdos de Taif, en los que se deja claro que el Gobierno libanés es la única autoridad en el país.
También pide un embargo de armas a Líbano, para que no caigan en manos de Hizbula, y la liberación incondicional de los soldados israelíes capturados. «No habrá canje de prisioneros», dijo al respecto Condoleezza Rice.
GARA
BEIRUT
La Liga Arabe manifestó ayer que tiene reservas respecto a la resolución 1701 aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. «Esa resolución no responsabiliza a Israel de esta agresión ni de los resultados y daños que causó», declaró a la prensa el secretario general adjunto de la organización panárabe, el diplomático argelino Ahmed Ben Helli.
Además, criticó el «desequilibrio» que supone exigir a Hizbula la liberación de los dos soldados israelíes mientras que a Israel solo le pide «estudiar» el caso de los presos libaneses en Israel. Así ha sido siempre.
Al mismo tiempo, el texto tampoco hace ninguna mención a la agresión israelí contra Palestina. Tampoco se refiere en ningún momento a las ocupadas granjas de Chebaa.
Sin embargo, el representante de la Liga Arabe asumió que la resolución «es la mejor posible dado la anómala ecuación internacional que impera en el actual periodo».
Peres: «Un éxito para Israel»
El viceprimer ministro israelí, Simon Peres, afirmó en la
radio pública que la resolución «es un éxito de primera magnitud para Israel».
«Lo que podíamos obtener de la ONU, lo conseguimos», dijo Peres. Ante la
pregunta de si confía en que esa resolución se aplicará, Peres replicó que «no
tenemos otro mundo, ni otra organización como la ONU, y no podemos pedir que lo
haga el cielo». Opinó que su país «ha recibido la máxima legitimidad» y añadió que sin presión militar «no habría habido ninguna posibilidad política». -