Udiarraga GARCIA | Activista de Itxarobide y asistente a la Conferencia Internacional de Sida en Toronto
«Como activistas del sida, también tenemos que empezar a mirar al Sur»
La ciudad canadiense de Toronto acoge desde este domingo y hasta el próximo jueves la XVI Conferencia Internacional de Sida. En ella no faltará la representación vasca, aunque por la parte social la única asistente será esta activista de la asociación vizcaina Itxarobide. Un encuentro donde las ONG mundiales tienen mucho que decir.
Su primera conferencia a la que asistió fue la de
Durban (Sudáfrica) el año 2000. Repitió en Barcelona, dos años después, no pudo
acudir a Bangkok en 2004 por una enfermedad y ayer partió rumbo a Toronto. Será
la única activista vasca, aunque allí se encontrará con tres miembros del
organigrama médico que preside el coordinador del Plan de Lucha contra el Sida
de la CAV, Daniel Zulaika
Su primera experiencia en este tipo de cumbres fue el año 2000, cuando la cita se trasladó por primera vez a un país muy castigado por la enfermedad, como Sudáfrica. ¿Cómo lo recuerda?
Siempre lo cuento. Para mí fue un antes y un después en lo que yo he sido como activista. Ver a 16.000 personas de todos los países... fue terrible. Fue darme cuenta de lo que era el sida en el mundo, porque una cosa es leerlo y otra ir allí.
¿Cuál es su programa para esta cumbre?
Más que por aprender, que también se aprende, es conocer e intercambiar con otras muchas ONG. Proyectos, temas de actualidad... poner en común cosas que ocurren en todo el mundo sobre una de las epidemias que más rápida evoluciona y en la que en dos meses cambian muchas cosas. Como Itxarobide, nuestro objetivo es, sobre todo, intentar trabajar en el campo de la cooperación al desarrollo, que no lo habíamos hecho nunca. Es decir, ver que 25 años después hay que mirar mucho más para el Sur. En Euskadi hay ONG, los tratamientos son gratuitos y aunque falta ayuda, también hay que empezar, como activistas, a mirar un poco más al Sur, mirar más allá de lo que tenemos cerca. Y esta conferencia es un poco el escaparate de todas las ONG del mundo.
Es decir, que con la epidemia del sida controlada en Occidente, es hora de que las ONG más locales de estos países miren también allá donde la enfermedad no da tregua.
Son 25 años y aquí los programas ya están implantados. De lo que se trata es de poner en común programas con otros países, ver los trabajos que hay para conseguir una vacuna... estar en la cocinilla.
¿Qué espera usted, en particular, que salga de esta cita?
A nivel científico no creo que vaya a ser algo especial. Por los contactos que he mantenido con gente de los otros lugares y por lo que están diciendo activistas de renombre, no son muy optimistas. Pero nunca se sabe. Yo soy de las que está un poco harta de los triunfalismos, porque, tras 25 años, aquí hemos tenido suerte, pero no en muchos otros lugares.
Esta será la decimosexta conferencia. ¿Tienen una efectividad real estos encuentros?
Hay conferencias que han creado un antes y un después. La de 1996 en Vancouver revolucionó el mundo, porque fue donde se dieron a conocer los nuevos tratamientos que tantas vidas han salvado. Marcó un hito. La de Durban en 2000 lo fue también, porque allí se crearon unas promesas, de las que algunas se cumplieron y otras no. Este año en Toronto, el lema elegido ha sido ‘‘Es tiempo de cumplir’’, porque en Sudáfrica se hicieron muchas promesas económicas que no se han cumplido. Y este año, si se suelta ese dinero, puede ser una conferencia también muy importante.
Por cierto, ¿qué actitud adopta una cuando intercambia ideas con activistas de lugares donde el sida es un azote?
Buena pregunta. Recuerdo que la primera vez que acudí a Sudáfrica, pensaba que qué apuro cuando te venga alguien de un país pobre a preguntar... Te hacen muchas preguntas y tú les tienes que contestar que vives en un lugar en donde casi nadie se muere ya de sida. Yo reconozco que lo paso mal. Pero al mismo tiempo, nunca olvido cómo gente de Soweto, de Namibia con la que estuve aquel año 2000, debajo de un puente montaban una choza que era la ONG. Aquello lo vi con mis propios ojos. Allí hacían los grupos de autoayuda. Sin dinero, bajo un puente, como en los documentales. Me impresionó. Y todo con las ganas de hacerlo. Aquello me abrió los ojos sobre la necesidad de aprender que tenemos todavía. Y te das cuenta de que aquí, en Euskadi, necesitas dinero siempre y crees que te lo tienen que dar, cuando ves que también se pueden hacer cosas sin estar dependiendo del dinero.
Es decir, que aunque los gobiernos ricos no cumplan con sus promesas de dinero, las ganas de trabajar no faltan.
Muchas veces se dice que en estas cumbres no hay ningún notición científico... ¡ésta es la noticia! ¡El trabajo y las ansias de la gente! -«Es tiempo de cumplir», lema en Toronto
«Es tiempo de cumplir». Es el lema de esta nueva Conferencia Internacional de Sida que acoge Toronto (Canadá) entre los días 13 y 18. El objetivo de la cita será hacer hincapié en las promesas y progresos llevados a cabo para lograr extender el tratamiento, el cuidado y la prevención. Se espera que unas 20.000 tomen parte en más de 400 sesiones y talleres. En la apertura, hoy, no faltarán personajes como Bill Clinton o Bill y Melinda Gates.-
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