PSOE e IU-ICV registrarán hoy en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley que, de prosperar, debería permitir que los ciudadanos extracomunitarios pudieran votar en las elecciones municipales de 2007. De este modo, a las 200.000 personas que han visto regularizada su situación en los últimos años, se suma- rían esos cerca de dos millones de ciudadanos que trabajan y cotizan a la Seguridad Social pero que carecen del derecho de voto, pese a contar con el correspondiente permiso de residencia.
El derecho al voto de las personas extranjeras es una reivindicación que hacen suya, además del conjunto de las asociaciones que trabajan en favor de los inmigrantes, la mayoría de las fuerzas políticas estatales. Por ello, no parece que la iniciativa deba contar con demasiados obstáculos. Posiblemente, los mayores lastres de la propuesta se encuentren en el propio texto y no en la actitud de unas formaciones políticas que, ya por compartir los valores de la igualdad, ya por intereses menos altruistas, abogan mayoritariamente por incluir a los inmigrantes en el censo electoral. De hecho, condicionar el derecho al voto de estas personas al criterio de reciprocidad puede, en el mejor de los casos, retrasar la aplicación de la futura norma.
En lo que a Euskal Herria se refiere, la reinvindicación de que todos los ciudadanos que viven en este país deben ser iguales cobra un particular sentido, máxime cuando los vascos no tenemos garantizado nuestro derecho a la ciudadanía ni disponemos de los mecanismos que nos permitan regular el derecho al voto. Debido a movimientos migratorios producidos en el pasado reciente, un 20% de la población total de Euskal Herria tiene su origen en la inmigración. A esta cifra hay que sumar la creciente influencia de los actuales flujos migratorios. En este sentido, resulta prioritario arbitrar políticas que pongan en valor esa rica diversidad y la conjuguen con la necesaria promoción de la lengua y cultura vascas, todo ello en un contexto de recuperación de los derechos civiles.
En un momento clave como el que vive Euskal Herria es más necesario que nunca reclamar el derecho de todas las personas que viven y trabajan en los siete territorios que forman esta nación a constituirse en sujeto politico de decisión. Algo que hoy por hoy se ve imposibilitado por el monopolio de los estados de la política que regula al acceso a los derechos básicos de ciudadanía. -