Tras el fuego la lluvia. Elementos básicos que son la vida. Y la destrucción. Falta agua, y cuando cae arrasa con todo. El fuego nos hizo avanzar civilizadamente, pero nos puede destruir, nos puede dejar al borde del fin. O de la recalificación. Ahora se pelean por el número de hectáreas calcinadas. ¿Quién puede ganar con estas discusiones? Este sistema no funciona. Llueve, se moja algo y se queda sin ADSL la mitad de los abonados. Pero Telefónica no se da por aludida. Cuatro gotas o cuatro millones de gotas, pero siempre hay damnificados.

Ni siquiera funciona le sistema solar, que ha sido el sistema de todos los sistemas. Pues, nada, hay que volver a empezar. Nos aseguran que son doce planetas. Son dos mil quinientos astrónomos (¿de verdad existen tantos?) reunidos en Praga quienes están llevando un debate muy profundo para definir qué es exactamente un planeta, y según la mayoría, debemos tirar todos los libros de textos y decir que son doce y no los nueve que hasta ahora dábamos como verdad absoluta. Verdad científica. Parece algo más serio que una remodelación semántica, o de pesos específicos y medidas. Es casi una revolución. Los satélites, los astronautas, los paseos espaciales y todo lo que saben los militares que nosotros ni olemos, nos irán conduciendo hacia otro tipo de pensamiento. Hacia otro Sistema. Esperemos que sea mejor.

Todo debe darse por bueno, menos que quiten a la hora de la siesta la retransmisiones de billar. No hay nada más plácido que ver por “Eurosport” esos partidos de billar, con su cantinela en un inglés de acento gaélico, y esas realizaciones tan matemáticas, plano general, medio y corto. Y volvemos a empezar. Cada bola parece un planeta y cada billarista un dios enloquecido que quiere jugar con ellas dándoles palos, juntándolas obligatoriamente para que establezcan una sinfonía de ruidos huecos, de espacios vacíos rellenados por efectos y viajes imposibles de esos objetos de nácar por un universo creado en un tapete de fieltro verde. Solamente hay una cosa más aburrida: el fútbol de la selección de Raúl y tal. ¿Dónde mira cuando suena el himno español? Y le han dado ya cien oportunidades. Menudo sistema. -