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Gara > Idatzia > Mundua 2006-08-28
La FAO alaba la campaña «Hambre Cero» de Lula en plena precampaña electoral
Tres años y medio después de que el programa «Fome Zero» (Hambre Cero), creado por el presidente brasileño, Luis Ignacio Lula da Silva, diera su pistoletazo de salida, y a poco más de un mes de que el mandatario se someta a la reelección en las urnas, una comisión de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha hecho balance sobre la evolución y los logros del programa que declaraba la guerra al hambre. Resultados «extraordinarios» dice la FAO, lo que Lula repite una y otra vez. Hasta sus rivales aseguran que mantendrán el programa.

BRASILIA

Tras analizar los resultados de su implementación y entrevistarse con personas relacionadas directamente con el programa, una misión de la FAO ha considerado «extraordinario lo que Brasil ha alcanzado durante los últimos tres años y medio», no sin reconocer que todavía «queda mucho espacio en el futuro para mejorar la eficiencia, la focalización, el impacto y la sostenibilidad de los programas Hambre Zero».

«Fome Zero» fue la propuesta estrella del programa de Lula durante su campaña para la Presidencia de Brasil en el año 2002. En su propuesta, aprovechaba iniciativas anteriores, aunque ahora reconociendo la responsabilidad del Estado para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de todos los brasileños.

En un primer momento, la opinión pública recibió con entusiasmo y esperanzas la promesa del entonces candidato del Partido de los Trabajadores de que al final de su mandato todos los brasileños comerían tres veces al día. Con más de 30 programas complementarios, Hambre Cero pretendía combatir las causas subyacentes del hambre y la inseguridad alimentaria.

Sin embargo, afirma la FAO, «a pesar de tener logros en un corto tiempo», estos fueron considerados insuficientes en relación a las expectativas de la población y pronto surgieron las quejas. Poco después, el Gobierno reestructuraba «con audacia», asegura el informe, el programa y ampliaba considerablemente la Bolsa Familia, uno de los componentes más importantes del Hambre Cero.

Dinero a familias pobres

Este programa concreto consiste en la entrega de dinero con condiciones a familias pobres ­con una renta mensual por persona de entre 20 y 40 euros­ y extremadamente pobres ­con una renta mensual de hasta 20 euros­. Los requisitos que deben cumplir las familias están relacionados con la asistencia escolar de los hijos, su vacunación y el cuidado de las mujeres embarazadas, condiciones que son supervisadas y controladas.

Según recoge la FAO en su informe de evaluación, a día de hoy, un total de 11,1 millones de familias pobres de Brasil ­alrededor de 45 millones de personas, es decir, el 25% del total de la población del país, con 180 millones de habitantes­ reciben unos 20 euros mensuales. Además, se ha constatado que el 76% del dinero se ha gastado en alimentos y que cada vez un número mayor de familias ha mejorado la frecuencia de las comidas y su contenido nutricional.

Ahora, de cara a su reelección, Lula ha prometido ampliar y profundizar en esta iniciativa. «Voy a hacerlo, mejorando al mismo tiempo la educación y la generación de empleo en las áreas atendidas por el programa, para que las personas no pasen toda la vida dependiendo de esta ayuda», aseguró recientemente el candidato del PT. «En todos los países donde voy sólo escucho elogios. Para que se hagan una idea, el Banco Mundial está llevando la Bolsa Familia a países como Egipto, Paraguay, Nigeria y Sudáfrica», asegura Lula en su campaña electoral.

Alimentación escolar

Pero «Hambre Cero» no consiste solamente en la Bolsa Familia. Otro de sus programas que mejores resultados ha obtenido, según la misión de la FAO, es el Programa Nacional de Alimentación Escolar, que garantiza alimentación escolar a los niños y niñas de preescolar y enseñanza básica pública y del que se habrán beneficiado más de 36 millones de alumnos cuando finalice este año.

«Todos los niños, niñas y adolescentes brasileños que estudian en las escuelas públicas ­un total de 36,3 millones­ han mejorado su acceso a una ración diaria de alimentos nutritivos en su guardería, escuela preescolar o escuela primaria», asegura el informe de la agencia de la ONU. Además, la propuesta va más allá de la alimentación infantil, ya que se han iniciado «algunos esfuerzos» con el propósito de que estos alimentos sean comprados «localmente a pequeños agricultores» y se ha prestado «especial atención a las necesidades de la dieta alimentaria de los indígenas, respetando sus hábitos alimentarios».



Debate sobre control social y dependencia
GARA

BRASILIA

La misión de evaluación recuerda las discusiones que ha suscitado «Hambre Cero» en Brasil. «Muchas de ellas han tendido a distraer la atención sobre el reconocimiento de los importantes resultados que han sido alcanzados». En este sentido, uno de los aspectos más controvertidos del programa es la medida en la que las condiciones y el control social a nivel local deben asociarse a la transferencia de ingresos del Bolsa Familia.

Los críticos se han referido también al riesgo de crear dependencias a largo plazo y al alcance del énfasis dado a abordar las causas subyacentes del hambre junto al logro del mejores a corto plazo en la nutrición.

La FAO recomienda que estos y otros aspectos sean considerados por los países que quieran diseñar programas de seguridad alimentaria adaptados a sus necesidades. «El debate es importante, pero si hay una lección que debe ser aprendida de Brasil, es que debe aceptarse que estamos en un proceso de aprendizaje», afirma el documento.

Los rivales

Ahora, de cara a los comicios, los principales candidatos han asegurado que, de ser elegidos el 1 de octubre, continuarán con los programas sociales. «Vamos a mantener la Bolsa Familia, pero vamos a trabajar para que las personas tengan empleo y renta, para que Brasil crezca y pueda mejorar el empleo para la población», afirmó Geraldo Alckim, candidato por el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), y el segundo en las intenciones de voto hasta estos momentos, por detrás de Lula.

La tercera en las encuestas, Heloísa Helena, del Frente de la Izquierda, que reúne a tres partidos, afirmaba: «Voy a mantener la Bolsa Familia, no para la explotación electoral y perversa de la pobreza, sino para garantizar la dignidad de nuestras familias brasileñas».

Aún no es posible evaluar todo su impacto en la sociedad

La FAO advierte de que el programa «Hambre Cero» «es aún joven y es demasiado temprano para evaluar el alcance total de su impacto en la sociedad». No obstante, la previsión de la agencia de Naciones Unidas es que la transferencia de ingresos de la Bolsa Familia «no sólo conllevará una mejora en la nutrición, la salud y la productividad, sino que también resultará en inversiones de pequeña escala pero significativas en la producción, lo que reducirá la vulnerabilidad de las familias a los impactos y los protegerá de la pérdida de activos». -


 
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