Moldear
En todo proceso de distensión, lo primero que se pone sobre la mesa son las situaciones o acciones de sufrimiento que aún pudieran perdurar.... y no un molde.
Ese reloj que marca las horas de dolor, cada parte lo debería haber parado ya, como si de una partida de ajedrez finalizada se tratara. Sin ganador ni perdedor, ya que uno de los contendientes hace año y medio paró su reloj y hace cinco meses ofreció públicamente «tablas» permanentes al otro; que mantiene el reloj en marcha moviendo y «comiendo» fichas en el tablero.
El sufrimiento por sobreactuaciones penitenciarias, judiciales y policiales a una de las partes persiste en todas sus formas. El sufrimiento que supone la provocación por arbitrariedades judiciales con los de la otra parte, en pago a servicios prestados y silencios debidos, se repite
La justicia nunca está ni debe estar de tregua; pero olvidan que el rasgo genuino de la justicia es la igualdad.
Esta práctica violenta va alejando en el tiempo y en el sentimiento las muestras de perdón exigibles a las dos partes. Sin empatía, aquí Sr. Blázquez, sólo cabe el pasotismo, la neutralidad y la implicación en una de las dos partes... ni tres partes ni equidistancias.
La reconciliación social, como el perdón, no son sólo palabras. Cuando los intereses sectarios se superponen al bien general que supone actuar con justicia, no hay voluntad en los hechos; todo queda en palabras que se van atropellando torpemente. Y cada palabra es una individualidad.
Iulen Lizaso Aldalur - Hernani
Agradecimiento a los voluntarios
Un año más 298 personas con discapacidad intelectual están disfrutando de sus vacaciones de verano. Y debemos agradecer que, no sólo las personas con discapacidad, sino también sus familias ,disfrutemos de estos días de descanso, sin duda alguna, a los 170 voluntarios que nos ayudan.
Soy hermana de una persona con discapacidad de 51 años y les aseguro que, gracias a las personas voluntarias de ANFAS, mi marido y yo disfrutamos de cuatro fines de semana de respiro al año y de diez días de vacaciones, en los cuáles podemos dedicar nuestro tiempo a nuestro hijos, nietos y al descanso propio.
De Patxi, mi hermano, qué voy a decir. Todos los días del año me pregunta e insiste: «¿Has llamado a ANFAS para que me apunten?». Esta es la manera más sincera que tiene de dar las gracias. Está claro que lo debe de pasar muy bien. Chicos y chicas que dedicáis parte de vuestro tiempo a las personas con discapacidad: ¡Sentiros orgullosos de esta labor que tan bien hacéis!
Yo os doy las gracias en mi nombre, pero os aseguro que el resto de las familias os las dan también. Animo, contad vuestra experiencia y contagiad a otros para que continúen con esta labor tan importante que hacéis. Así, tanto las personas con discapacidad intelectual como sus familias podremos seguir disfrutando de unas merecidas vacaciones. Eskerrik asko denoi!
Resu Olleta - Socia de ANFAS
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