Raimundo Fitero
Media veda
Las escopetas vuelven y se les escucha atronando por los ribazos. Estamos en lo que llaman la media veda y los cartuchos se consumen para que uno cuantos simulen pertenecer a una sociedad que fue hace unos cuantos telediarios cazadora. De Atapuerca a las secciones de caza de los grandes almacenes va una deriva social de connotaciones involucionistas. La testosterona y la educación se convierten en un cóctel abrasivo para la razón y la conmiseración. Disparan para hacer ruido, para sentirse unidos a una prolongación de su pene, que les confiere una autoridad territorial móvil, una protección y una facultad de matar.Los escopeteros se disfrazan de cazadores y se comprar aves dormidas para que su ego y su inversión se pueda contrastar. Aunque sea con mentiras. Yo diría que estas vedas o medias vedas, están levantadas de manera permanente en ciertos programas de televisión. La otra noche comprendí lo de la atracción fatal, de cómo algunos reptiles con movimientos constantes, con ruidos imperceptibles van sedando y confundiendo a sus presas. Primero las seducen, las dejan inmóviles, como hipnotizadas y después las engullen. Las serpientes televisivas no mueven solamente su lengua bífida, sino la chequera de la productora, se ponen pájaros, pajaritos, pajarracos, atados al share para dispararles con todo tipo de escopetas, bayonetas, misiles fétidos. Es la indecencia disfrazada de periodismo, aunque son simples francotiradores sicóticos y sádicos. Fin de semana horrible. En Antena 3, lavado de cara del sospechoso Neira, con entrada telefónica de su santa madre incluida. Al día siguiente en Tele5, Paloma García Pelayo se enfundó el traje de camuflaje y se puso a disparar indiscriminadamente contra la invitada, una tal Lara que hace años defendía al maltratador y ahora llega, se confiesa, se arrepiente y asegura que sí, que el bailarín pegaba a la hija y madre de toreros. La obsesión de la tal Paloma (de la insidia), era desviar la atención. Decir que el testimonio de esa señora no era fiable. ¿Y qué? ¿Desde que autoridad moral o profesional habla usted señora García Pelayo? ¿No hay veda para tanta impostura? -
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