El jugador rojiblanco más carismático de la última década recibió en los minutos previos al derbi que abría la temporada, un merecido reconocimiento a su trayectoria. En el mejor escenario, con las gradas de San Mamés a reventar. Julen Guerrero pasará a la historia del Athletic y como cabía esperar la afición quiso mostrarle su agradecimiento y cariño por todas las tardes con las que ha disfrutado con su fútbol. Y sobre todo, su innegable espíritu rojiblanco. Julen, corazón de león.Con un ocho en rojo y blanco en el centro del campo, ante la atenta mirada de los componentes de los equipos de las categorías inferiores y el himno del Athletic a todo volumén, Guerrero saltó al campo por la mitad del pasillo de honor que le realizaron los jugadores de los dos equipos.
Tras el aurresku de rigor en el que algunos no pudieron contenerse a la hora de gritar su nombre, al de Portugalete se le escaparon algunas lágrimas al abrazarse con sus compañeros hasta hace muy poco. Tras hacer el saque de honor se despidió de la afición con una sonora ovación con la que le quisieron mostrar su cariño.
Retirada sorpresa
Nadie se lo esperaba y menos tras presentarse el día anterior junto al resto de la plantilla. El 11 de julio, el ya ex capitán del Athletic anunciaba su retirada en una emotiva rueda de prensa en Ibaigane en la que no pudo contener las lágrimas. Una vida entera como rojiblanco y salida por la puerta de atrás.
Su marcha encendió tanto a sus defensores como a sus detractores. Las formas no habían sido las más correctas para un futbolista con su carisma. La fulminante destitución de Clemente estaba demasiado reciente y no se conocía el verdadero porqué ya que Guerrero apenas pudo hablar en su despedida.
El overbooking que había en la plantilla 29 jugadores en aquel momento, de los que había que descartar a 4 por lo menos, su pérdida de peso en cuanto a minutos y participación en el campo unido a que percibía uno de los sueldos más importantes del equipo, seguro que tuvieron algo que ver. Pero nunca se sabrá.
Guerrero colgaba las botas sin despedirse en el campo como seguramente tanto a él como a la afición le habría gustado. El último partido de la temporada pasada contra el Barcelona todo un campeón de Europa y de Liga hubiera sido perfecto. Ante los culés disputó sus últimos minutos como jugador del Athletic.
Entrenador juvenil
Atrás quedan catorce temporadas en el primer equipo. Su meteórica aparición marcó un cambio de rumbo en el equipo. Heynckees le hizo debutar con 18 años y pronto se convirtió en el primer jugador mediático del Athletic. Tanto en Euskal Herria como en el Estado español. Las quinceañeras le seguían allí donde pisaba y entre los jóvenes se convirtió en el ídolo a seguir.
Los años fueron pasando y la estrella se fue apagando poco a poco. Pasó a un papel secundario. Sin embargo, seguía brillando con luz propia en los aficionados. Cada vez que saltaba al campo, levantaba el ánimo de un público que siempre soñaba con que volviera a convertirse en pieza fundamental para el equipo.
Sus últimos coletazos vinieron con el tanto que sirvió para remontar un 0-3 ante Osasuna y el gol olímpico ante el Cádiz de la temporada pasada que el árbitro no concedió, pero sí un penalti que transformó Tiko.
Guerrero sigue perteneciendo al Athletic y ahora ha pasado al organigram técnico desde donde pretende enseñar a los jóvenes. Ayer mismo se proclamó campeón del Torneo de Portugalete con el juvenil de División de Honor tras superar en la final por 3-1 al Celta. Los Yuri, Ismael y compañía cuentan con el mejor «profesor» para poder llegar a la elite. El último mito rojiblanco, un jugador que quedará en la mente de los aficionados al igual que Zarra, Panizo e Iribar. -
BILBO