Un paseo sencillo a las puertas de Irati
El recorrido que proponemos es sencillo y no presenta dificultades. Partiendo de la antigua fábrica de Orbaitzeta, se llega hasta la cueva de Arpea, en Nafarroa Beherea. Al encontrarnos en las inmediaciones de la selva de Irati, podremos disfrutar de un paisaje típico del Pirineo navarro. A la vuelta, se puede visitar la antigua fábrica de armas.
El punto de partida del itinerario se sitúa en el municipio de Orbaitzeta, en el valle de Aezkoa. Atravesamos el pueblo y seguimos la carretera que lleva hasta la fábrica de Orbaitzeta. Una vez en la misma, se toma el camino que se dirige hacia el norte, el cual es transitable para los coches. De esta forma se atraviesa un bosque de hayas y ascendemos poco a poco hasta llegar a la Muga 212, donde se podrá dejar el vehículo de transporte. Durante la ascensión de este camino se podrán realizar diversas paradas para ver el bello bosque de hayas al inicio o en la zona denominada Arrakata, así como diversos dólmenes y cromlechs como el de Azpegi y Organbide, este último cerca de Muga 212.
Los dolmenes y cromlechs
Conviene hacerse con un folleto publicado por el Ayuntamiento del pueblo en el que podemos encontrar datos de interés sobre la zona de visita. Están disponibles en la Oficina de Turismo de Garralda, municipio que encabeza el valle de Aezkoa. A partir del punto citado, seguiremos el recorrido a pie, por el camino asfaltado que va hacia la derecha, en dirección este. Durante el paseo se podrá disfrutar de la vista del monte Erroitzate, que se encuentra en Nafarroa Beherea. El sendero va descendiendo poco a poco. Se trata de un camino totalmente despejado, sin vegetación ni protección contra el viento. Con la vista de Mendizar, perteneciente al Irati, y del pico de Ori, sin olvidar la cima anteriormente mencionada, se sigue el camino, ya en tierras bajonavarras, desde el que apre- ciaremos la hermosa llanura. De esta forma se llega a unas bordas que los pastores utilizan para refugiar a sus ovejas. Históricamente, el pastoreo ha sido una labor importante en muchos puntos de Euskal Herria, y así ocurre en los Pirineos. Durante el recorrido se pueden encontrar ovejas de las razas autóctonas de rasa y latxa. Si nos encontramos con un pastor, puede ser favorable tener en cuenta lo que dejó escrito Víctor Hugo, allá por 1843: «Decid una palabra vasca al montañés en la montaña; antes de esa palabra, apenas érais un hombre para él; ahora sois su hermano». Se calcula que en la mitad de estos pueblos se habla o entiende el euskara. Cabe mencionar que el aezkera o aezcoano de la zona es una variante del dialecto altonavarro, pero tiene muchas afinidades con el bajonavarro por su permanente contacto. Siguiendo con la ruta, se toma el camino de la derecha hasta la última borda. A partir de este punto se continúa por una senda, dejando la borda a la derecha para seguidamente cruzar una alambrada. Enseguida aparece la cueva de Arpea, enfrente. Siguiendo por la senda, hay que tener cuidado, ya que a la izquierda se encuentran unas laderas con mucha caída. Así se llega al complejo pastoril de Arpea, donde al otro lado de la regata se encuentra la Muga 218, que limita los valles de Cisa y Aezkoa. Se cruza la regata para llegar a la cueva. Arpea tiene una única sala, y es utilizada como establo de ovejas. Una vez que hayamos disfrutado de estos parajes, se toma el mismo camino para la vuelta.
La fabrica de Orbaitzeta
De regreso, se puede visitar la antigua fábrica de
armas. Se trata de un complejo de edificios del siglo XVIII, uno de los mejores
ejemplos peninsulares de arquitectura industrial. Dentro del conjunto, está la
iglesia de la Inmaculada. Según cuentan, hacia 1781 los recursos de Eugi
escaseaban y decidieron hacer otra fábrica en Aezkoa. Mediante procedimientos
poco nobles, el rey consiguió la cesión de la ferrería y sus montes durante 200
años. Pese a sus cuatro hornos, no tuvo mucha producción, por las continuas
guerras, destrucciones e incendios fortuitos. Actualmente, está pendiente de un
proyecto de recuperación por el mal estado en el que se encuentra. -
Orbaitzeta, enclave con historia y leyenda
Desde los restos prehistóricos de Azpegi y Organbide, siguiendo con los hórreos de la época romana, pasando por la iglesia medieval, hasta las portadas de las casas del pueblo, Orbaitzeta demuestra que tiene una larga historia. Los hórreos son almacenes para el grano, que se mantienen en alto con el objeto de salvaguardarse de la humedad y de los roedores. Otra curiosidad son las fachadas de las casas, con una estructura que une la puerta con el escudo y la ventana superior con piedra labrada. En los escudos figura un jabalí debajo de un roble, que es el símbolo del valle de Aezkoa. En cuanto a las leyendas, son abundantes las historias sobre las sorgiñas y el basajaun, que al parecer habitan en los bosques colindantes. Sin duda, tiene encanto este rincón de los Pirineos navarros.
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