Blair se despide sin dar fecha ni proponer a su sustituto
DUBLIN
Sin sorpresas y con un largo discurso de una hora de duración, Tony Blair se despidió de su última conferencia laborista. Sin fecha definitiva para su marcha, el primer ministro admitió que «es difícil dejarlo, pero es lo correcto por el país; por vosotros, el partido». Anunció que en los próximos meses intentará reunificar el partido para conseguir una cuarta victoria electoral que permita a los laboristas seguir en el poder. Durante su intervención, Blair quisó hacer una broma en
torno a las supuestas críticas de su mujer contra el ministro de Finanzas y
candidato al liderazgo laborista, Gordon Brown, apuntando que «al menos no tengo
que preocuparme de que se escape con el vecino». Sin embargo, las dificultades
en el seno del partido continúan con las declaraciones del que fuera mano
derecha de Blair y ahora comisario europeo, Peter Mandelson, que acusó a Brown
de no haber aceptado nunca que el partido eligiera a Blair.
Brown: «remarcable»
Blair reconoció las dificultades con el ministro de Finanzas, «pero sé que el nuevo laborismo nunca hubiera ocurrido y las tres victorias electorales no se habrían producido sin Gordon Brown», reconoció Blair, que sin llegar a avalar su candidatura para liderar el partido, le describió como un hombre «remarcable». El todavía líder laborista destacó los logros de su festión, y defendió la política exterior laborista, incluyendo la participación británica en las invasiones de Afganistán e Irak. Blair advirtió que la «amenaza terrorista» contra Gran Bretaña estará presente a largo plazo y pidió al público que no se rinda ante la «propaganda enemiga», en una línea similar a los maniqueos discursos de Bush, negando que las actuaciones británicas repercutan en que esta amenaza se haya incrementado.
|