Raimundo Fitero
Descendencia
¿Cuántos seres humanos habitamos el planeta Tierra? Desde ese esqueleto de una niña africana a la que consideran nuestro antepasado de hace unos millones de años, hasta hoy, se han creado familias, sagas, jerarquías, propiedades privadas y oficinas de información turística con el fin primordial de dar cauce a todas las descendencias. Pues bien, de repente, en un momento concreto, en mi rectángulo donde asisto a la representación del mundo, sus obras, sus pompas y sus fundamentos, solamente existen dos personas a las que le dan una importancia superlativa. A saber: Fernando Lamikiz y Leticia Ortiz.
Ni entro ni salgo de las motivaciones informativas que se empleen en cada caso y circunstancia, pero en algunas de las cadenas que me arrullan tomarse una reunión de una junta directiva de un club de fútbol con el ritual y tensión que bien parecía un acontecimiento político de primera línea, nos deja un tanto descolocados. Matizo, se trata de televisiones locales bizkaitarras, o mejor dicho bilbotarras, lo que da una idea de su capacidad para estar al frente del interés general de la audiencia.
Lo otro, tiene más miga. Nos llega otra carga. Nos afecta a todos, a lo que traiga la doña Leticia le vamos a pagar sus nanis, sus dodotis, entre todos. Por lo tanto, algo tendríamos que decir. Nos hacen padrinos y madrinas de toda la descendencia borbónica, y algo deberíamos opinar. Por lo tanto, que la primera estatal le dedicara un especial a este asunto de obstetricia, solamente se puede entender desde la política de transición. Porque la famosa Constitución española tiene un artículo tan anticonstitucional como el que mantiene la ley sálica. Cambiar esto, es decir que puedan reinar las hijas de la descendencia borbónica requiere remover demasiadas cosas. Y les da miedo. Primero, si lo hacen rápido, puede acabar de rey consorte Marichalar. Segundo, si se hace referéndum, puede mandarse al exilio a toda una familia muy apañada en los presupuestos del Estado. Y con pocos recursos. Bueno, siempre les quedaría ponerse a bailar con Anne Igartiburu rindiendo pleitesía como la nietísima. Otra descendencia, descendente y decadente. -
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