GAZA
Los Comités de Resistencia Popular (CRP) prometieron venganza tras la muerte de siete palestinos en una operación del Ejército israelí en la franja de Gaza, que fue calificada de «masacre» por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas Abu Mazen.Testigos presenciales aseguraron que al menos seis de los fallecidos iban armados y que uno de ellos era un importante miembro de la organización de la resistencia palestina. Otras veinte personas sufrieron heridas en el intercambio de disparos entre los milicianos y las fuerzas israelíes.
Según un portavoz de los CRP, Abu Abir, el objetivo inmediato de la operación era Ata Shindari, que dirige la rama de la organización encargada del lanzamiento de cohetes, y que resultó muerto, junto a tres de sus hermanos y un primo. El portavoz prometió que el grupo vengará la muerte de Shindari. «Esta es la calma antes de la tormenta», aseguró en una rueda de prensa.
Por su parte, el presidente Abu Mazen dijo que la operación israelí fue una «repugnante masacre llevada a cabo, precisamente, en el primer día de Eid al-Fitr». Asimismo, el presidente palestino pidió la intervención de la comunidad internacional para impedir un mayor deterioro de la situación en los territorios ocupados.
Vecinos explicaron que los soldados mataron primero a tres hombres que estaban presentando sus condolencias a una familia en una tienda que hacía las veces de velatorio, donde se encontraba un miliciano fallecido en un incidente previo con soldados israelíes. En ese momento, otros milicianos creyeron que los disparos provenían de una casa vecina y comenzaron a disparar contra ella. Sin embargo, se dieron cuenta de su error y respondieron a los soldados israelíes.
Silencio internacional
Yusef Rezka, ministro de Información de la ANP, rechazó el silencio internacional ante las cotidianas masacres israelíes y pidió a los países árabes y musulmanes que protejan al pueblo palestino.La matanza de ayer coincide con el final del Ramadán y, lo que puede ser más importante, con los plazos que han ido facilitando fuentes cercanas al presidente para poner fin a las negociaciones para formar un Gobierno de unidad nacional. Ello se traduciría en la disolución del Ejecutivo de Ismail Haniyeh, lo que pondría a la sociedad palestina a las puertas de la guerra civil. La agencia islámica The Palestinian Information Center citaba ayer a «fuentes de Al Fatah en Cisjordania», que no identificaba, para explicar el programa que tendrían preparado los consejeros del presidente para disolver el Gobierno de Haniyeh.
Según dicha agencia, el próximo sábado se iniciaría una nueva oleada de protestas de funcionarios en edificios oficiales, a la que seguiría una campaña contra el Gobierno en los medios. Luego, con la bendición de EEUU, Israel, la UE y estados árabes como Jordania, Egipto y Arabia Saudí, Abu Mazen pondría fin al Ejecutivo de Haniyeh con el argumento de que no está en condiciones de hacer frente a los problemas que sufre el pueblo palestino. Un Gabinete de Emergencia tomaría el relevo.
El golpe presidencial
Para redondear la jugada, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunciaría tras una «histórica» reunión con el presidente palestino la devolución de los fondos «congelados» a la ANP. Con lo que los funcionarios volverían a cobrar.Según el Protocolo de París (el anexo económico de los acuerdos de Oslo), la economía palestina forma parte del sistema aduanero israelí. Eso significa que Israel cobra las tasas de aduana que se aplican sobre todos los productos que entran a Cisjordania y Gaza a través de Israel, la única ruta de entrada. Tras deducir una suculenta comisión, Israel tiene la obligación de entregar a la ANP el importe de la recaudación de las tasas aduaneras. Pero la viene incumpliendo desde la victoria electoral de Hamas.
Por supuesto, este plan, «golpista» según The Palestinian Information Center, echaría por tierra los frágiles acuerdos entre Al Fatah y Hamas alcanzado la semana pasada en Gaza para poner fin a los choques interpalestinos.
A esta situación parecía referirse ayer el primer ministro Ismail Haniyeh. Ante decenas de miles de personas reunidas en el estadio Yarmuk de Gaza, llamó a la unión de los palestinos y rechazó ceder a las presiones internacionales. «Apartaos de la sangre, no utilicéis las armas contra vuestros hermanos, uníos», declaró. «No es el primer asedio impuesto al pueblo palestino y a Palestina, a Jerusalén y a la mezquita santa de Al Aksa. Pero es el primero en el que no haremos concesiones, frente al que no fracasaremos», aseguró ante la multitud, que respondió con gritos de «¡Ala akbar!» (Alá es grande).
Olmert mete a la extrema
derecha en su Gobierno
El líder de Israel Beitenu, partido israelí de extrema derecha, Avigdor Lieberman, confirmó ayer que su grupo se unirá a la coalición de Gobierno que lideran el primer ministro Ehud Olmert y su partido, Kadima, y reveló que el acuerdo para formalizar esta unión será firmado pronto, quizá hoy mismo. Lieberman y su partido son contrarios a la negociación con los palestinos. Por su parte, el Comité Central del Partido Laborista se reunirá el próximo jueves o el domingo, para tratar el asunto. Los analistas afirman que el comité apoyará la entrada del partido racista de Avigdor Lieberman en el Gobierno, pese a que la mayor parte de los ministros se oponen. -
