Carmen MAGALLON | Directora del Seminario de Investigación para la Paz.
«Ahotsak se debería extender a la ciudadanía»
Carmen Magallón, Directora del Seminario de
Investigación para la Paz de Zaragoza, ofreció ayer la ponencia «Mujeres que
construyen la paz: pensamiento y prácticas». Resaltó a GARA el valor de la
iniciativa Ahotsak, marcada por la transversalidad, y destacó el valor, en
general, de la aportación de los grupos caracterizado por la exclusión.
¿Que opina usted sobre la plataforma Ahotsak? ¿Y cuál cree que debe ser el papel de las mujeres en la resolución del conflicto en Euskal Herria? En mi opinión, el surgimiento de Ahotsak es muy
importante y creo que es importante también situarlo en este legado histórico.
No es una iniciativa que surge de casualidad, sino que esta inserta en toda una
tradición. Es muy importante que las mujeres tengamos historia, es por ello que
me parece muy importante esta iniciativa. Este tipo de alianzas generan poder y
es por ello que me parecería importante que la iniciativa se extendiera a los
pueblos, a las asociaciones vecinales, a todo tipo de organizaciones. Debería
ser una iniciativa que desbordara a los partidos, por que la paz no es sólo una
cuestión que atañe a los partidos políticos, atañe a todo el mundo. Este tipo de
iniciativas también se han realizado en otras partes del mundo y su valor reside
en que suelen ser transversales. Suelen estar formadas por mujeres de distintos
grupos que están confrontados entre si, y es por ello que suelen ser más
legitimadas por la comunidad, se les escucha más, precisamente por que se les ve
menos polarizadas. Este tipo de iniciativas tienen una gran carga simbólica.
¿En qué tradición se insertan este tipo de
iniciativas? ¿A que se debe la aportación de las mujeres en los procesos de
resolución? Las iniciativas de mujeres para construir la paz se instalan en una tradición feminista, que arranca a comienzos del siglo XX con el Congreso de Mujeres de La Haya. Siempre ha habido un feminismo internacionalista que piensa que el feminismo no sólo se basa en los derechos de la mujer, sino que cree que no hay ningún asunto que se le escape. Que desde ahí se puede opinar sobre todo. ¿Comparte usted la teoría de que la mujer en
sí misma no es pacífica?
Las mujeres no somos esencialmente pacíficas, no queremos la paz por el simple hecho de nacer en un cuerpo de mujer. La dicotomía mujer pacífica- hombre violento no favorece a la construcción de una cultura de paz. Tanto para los hombres como para las mujeres, la paz es una opción. Una vez negado que querer la paz no es algo esencial, sino que es opcional, hay que reconocer que las mujeres han tenido un protagonismo importante en la construcción de la paz en diversos conflictos.
¿Como aportan las mujeres en la resolución de los conflictos?
Toda una linea teórica desde el marxismo trata sobre ello; desde los grupos excluidos del sistema hay una capacidad para la transformación social. Estos grupos, al estar menos comprometidos con las decisiones hegemónicas, tienen más libertad para pensar de otro modo y para ofrecer otro tipo de racionalidad. Y ésa es precisamente la aportación que se hace desde el feminismo, ofrecer otro tipo de racionalidad.
¿Cómo debemos entender estas aportaciones?
La paz ha movilizado mucho a las mujeres y el debate de la paz ha estado siempre dentro del feminismo. Hay una corriente simbólica que une a las mujeres con la paz y esta corriente puede aprovecharse. Esta corriente es un resultado de una exclusión, ya que las mujeres hemos sido excluidas de la decisión política y de los cuerpos armados. La ciudadanía de la que se habla en la Ilustración nace excluyendo a las mujeres y estas exclusiones se basan en la no participación de las mujeres en los grupos armados. -
|