Mañana se cumple una semana de la ratificación de la sentencia en la que se condenaba al Athletic como responsable civil subsidiario en el denominado «caso Zubiaurre» y en Ibaigane siguen «reflexionando». Que el club rojiblanco no haya hecho todavía ninguna valoración pública, suena a cachondeo. Han filtrado a los medios parte de la reunión mantenida con los representantes del jugador, mientras por otro lado, intentan dejar que pase el tiempo y escurrir el bulto. La forma en la que ha actuado el Athletic en este asunto ha sido vergonzosa desde el principio, más digna de un país bananero que un club que se precie. Y lo que es peor, continúan por el mismo camino. Tienen la oportunidad de hablar claro y explicar bien lo ocurrido, pero se callan. ¿De qué tienen miedo?, ¿qué pretenden ocultar? En vez de reconocer y asumir la culpabilidad, tanto por omisión como por haber promovido el fichaje y la fatídica presentación del jugador, intentan dar la sensación de que el problema lo tiene Zubiaurre. El es el que tiene que pagar, pero el Athletic está obligado a «ayudarle» porque no tiene el dinero. Si no lo hace, se podría quedar sin jugador y teniendo que hacer frente a los cinco millones ya que Zubiaurre seguro que se declararía insolvente. Aunque hayan señalado en numerosas ocasiones ­la última en la Asamblea de setiembre­ que al Athletic no le iba a costar ni un euro, al final van a tener que pasar por caja. Explicar a los socios cómo se va a pagar es lo que se espera de la Directiva. Así se recupera la tranquilidad, con una gestión trasparente y sin ocultismos. -