Juanjo BASTERRA
Empresas de insercion, una necesidad social
Las empresas de inserción sonnecesarias, a juicio de sus responsables. En el encuentro de BBK Solidarioa se escucharon iniciativasde Bizkaia y catalanas en torno a las mujeres y a la rehabilitación. Se exige un puesto en el mercado público.
El segundo día de las II Jornadas de BBK Solidarioa «En clave de exclusión inclusión» mostró aspectos prácticos de empresas que trabajan en la inserción laboral de personas excluidas en Bizkaia. Participaron representantes de Bagabiltza; Berohi, sociedad cooperativa, que incluye a Emaus y a Rezikleta; Goiztiri; Asociación Lanberri y Zurtek, de la Fundación Peñascal. Por la tarde, se incitó a los asistentes a dar pasos efectivos para el impulso de la inserción laboral por medio de dos experiencias concretas de Catalunya, una de mujeres y otra en el sector de la rehabilitación de viviendas sociales.Fina Rubio, directora de Surt, de Barcelona, destacó a GARA que «nos dedicamos al textil. Hacemos arreglos para las cadenas de moda como Mango, El Corte Inglés, Máximo Dutti, Armand Bassi, entre otras. Primero generamos un proceso de formación y luego se pasa a la producción». En 2007 entrarán en producción las diecinueve mujeres, con lo cual elevarán su facturación a los 600.000 euros, según concreta el plan de viabilidad de Surt. Aunque no es un subsector que entra en competencia directa con el textil chino, Rubio sí reconoció que les afecta la competencia internacional de una manera colateral. «Algunas cadenas de moda nos pagan los arreglos de la ropa a precios muy bajos, porque la producen en China y ya la traen con unos precios muy ajustados». La directora de Surt animó a las mujeres vascas a llevar actuaciones en este terreno y mostró el camino a seguir. «Se debe conseguir un compromiso mínimo de producción por medio de las empresas de moda, luego es trabajar. Nosotras no lo estamos pasando bien, pero estamos saliendo adelante». En este caso, BBK Solidarioa apoyó el nacimiento precisamente de la empresa Jantziprest, que emplea a cuatro personas, tres de ellas son mujeres en riesgo de exclusión. Otros ejemplos de empleo de mujeres es Janibia, un restaurante de Sondika que da trabajo a seis mujeres en procesos formativos y de inserción social, a través de Bagabiltza. Julio Martínez, director general de Can Ensenya, en su exposición fue más lejos y reclamó un espacio claro para estas empresas. «Tenemos que darnos cuenta de que se deben recuperar estos activos sociales que se encuentran en fase de exclusión. El 70% de quienes tienen edad de trabajar está en paro, pero consume servicios sociales y cuando trabaja entra dentro del círculo económico». Para él, es necesario que las administraciones públicas exijan «cláusulas sociales» a las empresas y, por otro lado, que «se reserve» un porcentaje de la inversión pública en proyectos para empresas de inserción. «Sólo con un 5% de los contratos de la Administración nos comeríamos el mundo». También sugirió profundizar desde estas sociedades en la economía de escala con centrales de compra y uniones temporales para acometer servicios y proyectos. «Hay experiencias que están surgiendo, pero deben ampliarse porque las empresas de inserción somos muchas, pequeñas y extendidas, pero tenemos un peso importante». Reconoció que en el Ayuntamiento de Santa Coloma del Gramanet se ha conseguido que dedique una parte a estas empresas. Can Enseyna se dedica a la rehabilitación de viviendas sociales. Emplea a 160 trabajadores, factura 9,5 millones y ha ayudado a la creación de Servicios Técnicos de Rehabilitación en el ámbito de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. -
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