Mañana leeremos las crónicas de la cólera por el debate de Estrasburgo. No lo duden. Y hoy nos toca leer la ira previa de Rosa Díez, todavía europarlamentaria y todavía del PSOE, que ayer publicaba un artículo incendiario en el “Abc” bajo el imponente título:«Aquelarre nacionalista en Estrasburgo».Decía la aún militante del PSOE que «lo que viene a debate, impulsado por el Partido Socialista Obrero Español, es el proceso de paz en España, la ‘solución dialogada’ con ETA. El portavoz español del PSOE en el Parlamento Europeo lo confirmó al afirmar hace unos días que el debate tenía como objetivo ‘ayudar a un proceso de superación de la violencia’. La superación de la violencia no es la derrota del terrorismo. El final dialogado no es la derrota del terrorismo. Por eso estoy en contra del debate mismo».
Rosa Díez, eminente representante del nacionalismo español más cutre, proclamaba además que «mucho más que lo que pueda ganar o perder el PSOE con este debate me importa lo que pierda España. Ni el PSOE, ni el Gobierno, han explicado en qué puede contribuir a debilitar a ETA la realización de este debate. Y no lo han explicado porque saben que ETA y sus aliados no pierden nada con él. Y denunciarlo no es hacer de altavoz de las posiciones de los malos; es sencillamente llamar la atención sobre la inutilidad y el riesgo que corremos los buenos». Lo de «malos» y «buenos» me retroatre a la infancia. Rosa Díez, no.
Y, con aire de convencimiento, proclama Díez:«Traer este debate al Parlamento Europeo, que no tiene la competencia de control de ninguno de los gobiernos comunitarios en esta materia, sólo servirá para convertir a ETA en un agente del proceso ante los eurodiputados y ante la opinión pública europea».
Y garantizaba, además, que «sea cual fuere la resolución
que se apruebe, al día siguiente nadie se acordará de ella. Pero todos se
acordarán de la división existente entre españoles y de que un Estado miembro
quiso debatir en un Parlamento sin competencias lo que renunció a hacer en el
Parlamento español. El conflicto político entre los demócratas españoles,
expuesto aquí con todo lujo de detalles, dará visos de credibilidad al discurso de los terroristas y de sus socios y voceros. ETA será percibida como el agente de la paz y quienes están en contra del ‘proceso’, serán los ‘obstáculos’. ¡Qué horror!» Jaime Mayor va a tener que hacerle un hueco en su bancada. -
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