El auto judicial instaba a no entorpecer siquiera el funcionamiento del local, pero la Guardia Civil entró en el bar Iruñazarra de la calle Mercaderes a las 14.45, cuando se sirven diariamente cerca de 60 comidas. Tampoco se limitaron a hacer inventario; se llevaron ordenadores, CDs y dieciséis bolsas de documentación entre las que estaban incluso «las escrituras del piso del gerente». Sus responsables destacan además el impacto de la imagen:dudan de que algunas personas que vieron interrumpida la comida por la irrupción policial vuelven a escoger el Iruñazarra.Con ser grave, ésta es sólo la forma de una operación que llenó de uniformes verdes y metralletas el corazón de Alde Zaharra de Iruñea. El fondo es que los responsables del Iruñazarra ni siquiera saben de qué se les acusa, según explicaron ayer Mikel Vázquez y Yolanda Anso en representación de sus responsables, y como ocurre en muchos otros locales invadidos policialmente.
Anso, en representación del Consejo de Administración, explicó que «cuando en 2002 sufrimos otro allanamiento, con la excusa de que Batasuna daba ruedas de prensa en nuestro local, ya aclaramos que no tenía nada que ver con las herriko tabernas. Así lo entendió la comisión judicial que personalmente nos reconoció su error, pidiendo disculpas tras su intervención en nuestro local por su lamentable equivocación».
Resaltó que desde entonces nadie se ha dirigido a ellos ni se les menciona en ningún sumario, «por lo que dimos por zanjado el asunto». Hasta el martes a las 14.45.
Los representantes de Iruñazarra han contactado con un letrado que tras analizar el caso ha constatado que «estamos en una absoluta indefensión». Mikel Vázquez resaltó que «éste es un proceso entre el Tribunal Supremo y Batasuna, en el que somos ajenos». Anuncian ya un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional español. «Esta vez no nos vamos a quedar cruzados de brazos», resaltó Yolanda Anso.
El acoso policial tiene otra consecuencia que no puede obviarse. Iruñazarra da empleo a nada menos que 25 personas.«El Tribunal Supremo pretende la liquidación y el cierre de nuestro local, dejando en la calle a 25 familias», constató Yolanda Anso.
Iruñazarra es una referencia total en Iruñea, por su ubicación absolutamente céntrica y por sus casi 40 años de vida, en los que su labor ha sido reconocida desde por instituciones gastronómicas hasta por asociaciones de minusválidos. Vázquez subrayó que «aquí se puede comer desde un huevo frito hasta un plato de nueva cocina vasca; en una mesa se puede encontrar a una cuadrilla de 18 años y en otra a jubilados de 90;en una mesa se puede escuchar euskara, en otra francés y en otra español». -