J.O.
GASTEIZ
Oinatz Bengoetxea afirmó en la elección de material de ayer en el Labrit iruindarra que el dedo que se lastimó el sábado pasado en el mismo escenario en la eliminatoria ante Patxi Eugi ha evolucionado bien y que no le impedirá estar este fin de semana ante Titín III. Eso sí, como medida de precaución, el delantero de Leitza apartó las pelotas con la zurda y será hoy cuando, en el frontón de Leitza, empiece a golpear, con precaución, la pelota con su derecha.
Las alarmas saltaron durante el encuentro ante Patxi Eugi y se temió que tuviese que pagar un caro peaje por su triunfo ante el de Agoitz, pero afortunadamente la lesión ha evolucionado muy favorablemente. Eso sí, el propio Oinatz reconoció que a principios de semana no las tenía todas consigo. «A comienzos de semana tenía un poco de miedo, pero la evolución ha sido muy positiva y estará en condiciones para el sábado».
El de Leitza está completando probablemente su mejor campeonato individual, señal de que se está asentando en la elite, y no quiere dejar pasar esta bonita oportunidad que se le presenta de meterse en la liguilla de semifinales. «Estoy muy contento con el campeonato que he hecho hasta ahora. He eliminado a Capellán y Eugi y jugar en cuartos ante Titín III es señal de que me encuentro a gusto en esta distancia».
El del sábado será el primer duelo individual ante Titín para Oinatz, un rival al que parece haberle tomado la medida por parejas se ha impuesto en 8 de los 13 partidos en los que se han enfrentado, el último fue además muy doloroso para el de Tricio al quedar fuera de la final de su feria de San Mateo. De hecho, ya hay quien quiere jubilar al de Tricio, pero Oinatz entiende que todavía se merece todos los respetos. «Titín tiene sus años pero es rápido y muy peligroso. Su juego de aire sigue siendo temible y te puede meter el tanto en cualquier momento. Intentaré romper su aire echándole cortadas a la pared y atacarle cuando tenga oportunidad», declaró el pelotari de Asegarce tras una elección en la que se decantó por pelotas de las que andan rápido por abajo, mientras que Titín se ha decantado por una pelota de Cipri y otra de Punpa que parecen tener más bote.
El de Tricio también se tomó con humor esas proposiciones de jubilación. «Augusto Ibáñez Sacristán llega al campeonato del cuatro y medio con 37 años y unos cuantos partidos a sus espaldasŠrisas. Estoy con mucha ilusión de volver a participar en una competición que me gusta. Mi máxima aspiración sería poder disputar la liguilla de semifinales», dijo.