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La periferia parisina se lamenta de que la muerte de los dos jóvenes haya sido inútil
Familiares y vecinos de Zyed y Bouna, los dos adolescentes cuya muerte encendió la mecha de la revuelta callejera en el Estado francés hace un año, se manifestaron ayer en su memoria. El lema de la protesta-homenaje era muy clarificador: «Muertos para nada». En Clichy-sous-Bois, localidad de la periferia parisina donde vivían los jóvenes, se sienten engañados por el Gobierno francés, pues «no ha hecho ninguna de las inversiones» que les prometió tras los disturbios. Los agentes sociales de la localidad piden calma, pero también advierten de que «la frustración crece».
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PARIS
Una marcha silenciosa reunió ayer a un millar de personas en Clichy-sous-Bois, localidad al norte de París, para conmemorar el primer aniversario de la muerte de dos adolescentes, Zyed, de 17 años, y Bouna, de 15, cuando eran perseguidos por la Policía. Un suceso que fue el origen de una ola de violencia que se extendió por los barrios más empobrecidos de todo el país. «Hace falta que la calma, la dignidad y la valentía que reinan aquí persista», dijo el alcalde de la localidad, Claude Dilain, del Partido Socialista. También varios responsables de asociaciones y de la comunidad musulmana, mayoritaria en esta zona, lanzaron llamadas a la calma, para que no vuelvan a producirse incidentes después de que, en la noche del miércoles al jueves, varios gupos de jóvenes prendieran fuego a tres autobuses en la periferia de París, y a un cuarto en los alrededores de Lyon. Muchos de los participantes de la manifestación, en su mayoría jóvenes, portaban camisetas con el lema “Zyed y Bouna: muertos para nada”. Un mensaje a las autoridades de que «nada ha cambiado» un año después de los incidentes. En el colegio Robert Doisneau, donde las dos víctimas estaban matriculadas, se inauguró una estela blanca de piedra, en memoria de ambos. El imán Dhaou Meskine rezó después una plegaria por ambos, junto al transformador en el que perecieron electrocutados.
«No queman por diversión» Los jóvenes de Clichy se sienten engañados porque las autoridades no han cumplido ninguna de las promesas que hicieron tras la revuelta. «La Policía sólo viene para reprimirnos. Seguimos viviendo en el mismo asqueroso lugar, no tenemos ni sitios para que jueguen los niños», se queja un adolescente a un reportero de la BBC. «La Policía nos trata como si fuéramos delincuentes. La situación se ha deteriorado desde el año pasado», advierte otro joven. Un educador de la zona ratifica estas impresiones. «Los chavales no queman coches por diversión. La violencia expresa problemas muy arraigados: desempleo, precariedad, discriminación...». «Y la frustración crece porque el Gobierno no ha cumplido sus promesas de procurar más fondos para empleo y para infraestructuras», añade.
«La única promesa que han cumplido es la de construir una comisaría de Policía», dice Olivier Klein, el teniente alcalde de Clichy. «Pero esto ayuda muy poco a mejorar nuestro nivel de vida», opina.
Investigación de la muertes En relación con la persecución policial que provocó la muerte de los dos adolescentes el 27 de octubre pasado, once policías han sido convocados por los magistrados que investigan el caso. Los jueces estudian si los agentes evitaron ayudar a los dos adolescentes, cuando éstos se habían quedado atrapados en una instalación eléctrica.
«En vez de tratar de calmar las cosas, Sarkozy se rebajó a insultar a la gente»
Lilian THURAM
| Jugador de fútbol y miembro del Consejo francés de Integración
Thuram es el futbolista que más veces ha jugado con la selección francesa y también es miembro del Alto Consejo francés de Integración. ¿Qué ha cambiado en los barrios un año
después? La imagen de la periferia ha cambiado a peor, lo que es triste y grave. Antes, la gente tenía algún que otro prejuicio, pero ahora la imagen es aún más negativa. Con la distancia, podemos analizar las cosas fríamente. Se dijo que con una Policía más rigurosa habría menos delincuencia. Se ha comprobado que no es el mejor método. También se decía que los motines se produjeron porque los jóvenes no eran franceses. Esto también resultó ser falso, porque la mayoría lo eran. También se habló de bandas organizadas. Otra mentira. ¿Por qué tantas mentiras? Las declaraciones de Nicolas Sarkozy que
llamó chusma a los habitantes de la periferia le enervaron. ¿Sigue
enfadado? Enfadado y triste de ver cómo se manipula a la gente para conseguir unos objetivos. La mayoría de la gente no conoce las afueras, así que estas declaraciones refuerzan los prejuicios que ya existen. ¡Es tan triste! Sin embargo, se olvida qué provocó la revuelta. ¿Qué lo provocó, según usted? Siempre se queman coches en los enfrentamientos entre los jóvenes y la Policía. Pero, por regla general, el problema no se resuelve así. Los problemas persisten y los jóvenes sienten esto como una injusticia. Esto no es nuevo. Con respecto al señor Sarkozy, la autoridad debería ofrecer un modelo a seguir. Si la autoridad da un ejemplo negativo, inconscientemente nos comportaremos de manera negativa. Alguien inteligente habría intentado calmar las cosas. Pero en este caso, la autoridad se permite insultar a la gente. Porque hubo insultos. Tratamos de maquillar las cosas diciendo que son palabras corrientes, pero, no. El no es como usted o yo, es el ministro de Interior. Si es capaz de rebajarse a insultar a la gente, no se puede esperar nada bueno. Usted se encontró con Sarkozy tras las
declaraciones. ¿Qué se dijeron? Me dijo: «Señor Thuram, va a hacer falta poner cámaras
en las afueras». Y yo le respondí: «Sr. Sarkozy, ¿usted cree realmente que los
mayores bandidos están en las afueras? Probablemente estarán en Neuilly (feudo
electoral de Sarkozy)». El se sintió herido, pero lo que me respondió me marcó y
todavía hoy me impresiona. Jamás lo olvidaré. Algún día lo contaré, porque
decirlo ahora sería echar más leña al fuego. ¡Alguien que aspira a dirigir el
país no puede tener esa lectura de las cosas, no puede decirme lo que me dijo! -
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