KABUL
El comandante militar del movimiento talibán, el mullah Dadullah, acusó a la OTAN de cometer genocidio tras conocerse los cifras de civiles muertos en un bombardeo aéreo el pasado martes en la provincia sureña de Kandahar.
Dadullah también negó las acusaciones de la alianza atlántica de utilizar a la población civil como escudos humanos. Curiosa acusación del que lanza las bombas y causa la masacre.
Al mismo tiempo, el portavoz talibán aseguró que las fuerzas afganas redoblarán sus ataques contra los ocupante. «Queremos informar a las fuerzas extranjeras y sus esclavos que su derrota es inevitable en Afganistán», afirmó Dadullah desde un emplazamiento secreto.
«Los mujahidines talibanes están dispuestos a luchar hasta la muerte, y en los próximos días aumentarán sus actividades y atentados suicidas hasta tal punto que las fuerzas infieles no tendrán oportunidad de descansar», señaló el líder.
Respecto a la última masacre de civiles, ayer la OTAN ofreció sus propias cifras. Sin embargo, el informe de la alianza atlántica nada tiene que ver con los datos aportados por el Consejo Provincial de Kandahar, que informó el jueves de la muerte de 63 refugiados. Según la OTANlos muertos son 12 civiles y 70 talibanes.
Por otro lado, 14 personas que viajaban en un autobús público murieron ayer a causa de la explosión de una mina al paso del vehículo por el centro de la ciudad de Tirin Kot, la capital de la provincia de Uruzgan, al sur de Afganistán.
Se desconoce si la mina fue colocada recientemente o si había permanecido en el lugar desde la invasión soviética o la guerra civil posterior.
