Hay que echarle valor
Nos acaba de buzonear, el PP de Gasteiz una publicación de ésas que se sacan cuando se acercan las elecciones municipales y quien ha estado gestionando el ayuntamiento dice eso de «todo lo que se ha hecho en la ciudad gracias a mí», y van y nos sueltan la que sigue: «Al gobierno de Alonso se deben los centros comerciales de Zaramaga y Lakua...». Dejo a un lado la básica idea de que lo que se hace en una ciudad se hace con los impuestos de los vecinos y, por lo tanto, salvo en lo que se refiere al diseño, a la idea o la gestión, nadie debería tratar de reivindicar lo que hace con el dinero de los demás.Pero es que en este caso la cosa tiene su miga, porque eso que se llama «centro comercial de Zaramaga» no es otra cosa que la macrosuperficie de nombre «El Boulevard», lucido donde los haya, no voy yo a negarlo. Y es que tiene bemoles que el PP se atreva a reivindicar para sí la obra cuando todavía hace dos semanas nos hemos enterado de que, por haber dado por recibida la obra y haber procedido a su estreno por decisión unilateral del PP; había elecciones sin que los remates estuvieran terminados, un juzgado de lo contencioso administrativo ha condenado al Ayuntamiento a costear los remates que faltaban. Hágase una idea el lector. Estos «remates» que quedaron sin acabar ascienden a un total de 800.000 euros. El fallo judicial tan solo afecta a algunos de ellos, y habrá que ver qué pasa con los tres procedimientos que quedan en el aire en otro procedimiento ha sido la empresa la condenada a hacerse cargo de los costos. Menos mal. Pero es que además llueve sobre mojado, porque, además de la reprobación unánime de la oposición municipal, fue el mismísimo TVCP quien hace unos meses dictaminó que, gracias a la habilidad del PP y, en particular, de Alonso, la jugada de «El Boulevard» recalificaciones de terrenos, compra por unos, venta a otros, abandono del proyecto inicial por muchos ha acarreado que el Ayuntamiento de Gasteiz haya dejado de ingresar, en concepto de plusvalías, algo así como 15.000 millones de las antiguas pesetas. ¿Qué te parece? Y es que el PP nos debe tener por tontas. Maite Fernández de Labastida
Miembro de Gasteiz Izan
Seguridad, libertad y mala educacion en renfe
Será difícil de olvidar el encuentro que una cuadrilla de adultas-os y niñas-os tuvimos con dos guardas de seguridad privada el 22 de octubre en el trayecto de cercanías RENFE, Laudio-Abando, de las 18,57. El motivo, sacarnos unas fotos de cuadrilla en el tren. Ignoramos la razón por la que se nos pretendió prohibir tal cosa. Al parecer, y por lo que nos comentó uno de los uniformados, tenía que ver hasta con el 11-M, con el que se atrevió a relacionar nuestra «irresponsable» actitud. La «irresponsabilidad» de querer inmortalizar en una foto el regreso a casa después de una maravillosa jornada montañera fue suficiente para que dos autoinvestidos de extraña autoridad, y adoleciendo de la más mínima educación y de la más elemental lógica pretendieran chafarnos un hermosa jornada montañera. Todo se acabó cuando carentes de argumentos, y ante el elevado tono de la situación que habían provocado, se apearon del tren dos o tres estaciones antes de final de trayecto. A la vista de los hechos, debería reflexionar RENFE sobre sus propósitos, objetivos y medios empleados en la vigilancia de seguridad. Nuestra reflexión es que estamos construyendo una sociedad con estúpidas normas (escritas o no) y que deberíamos negarnos a caer en ese juego. Que no queremos someternos a un sistema de «el Estado contra todos» (RENFE contra todos en este caso) que en nombre de una interesada y malentendida seguridad pretende privarnos de algo tan natural como hacerse una foto en grupo de amigos. No queremos cambiar más seguridad probablemente la de ellos por menos libertad, nuestra y no de ellos. En este incidente nuestra seguridad y la de las personas menores que iban con nosotros, se vio en peligro sólo por la prepotencia, las amenazas, y la torpeza de dos individuos que obviamente no eran los más adecuados para ocuparse de esta actividad... y fue nuestra prudencia y nuestra responsabilidad la que permitió que en este caso no se lesionaran ni nuestra seguridad ni nuestra libertad. De ello pueden dar fe todas las personas que viajaban en el tren en aquel momento. Juanjo Ruiz de Mendoza
- Txabarri
|
