Pesadillas
Las magras con pimientos producen borborigmo volcánico y alucinaciones. No importa la cantidad de alcaloides con las que se intente contrarrestar sus efectos, siempre acabas soñando pesadillas. No sé si Freud conocía este manjar rústico y festivo, pero se hubiera ahorrado algunas imaginativas definiciones de los sueños si hubiera experimentado en bajo vientre propio. Los hermanos Ynestrillas campan a sus anchas por los pasillos de la Audiencia Nacional. Y los jueces no intervienen, ni los detienen por amenazas de muerte, ni nada. Yo creo que después de dar sus gritos, cuando las cámaras de tele o las grabadoras se apagan, comentan con sus jefes la jugada, ven la repetición, se hacen unas lonchas de farlopa, ríen a carcajadas, se tiran unos pedos sonoros y gritan unos cuantos vivas al Generalísimo y a España, que debe ser lo que les duele. Esta pesadilla, junto a la ando desnudo en la calle Estafeta en pleno encierro, son mis pesadillas directas por culpa del ajoarriero. ¡Qué sudores!Pues bien, ayer tuve otra pesadilla, esta vez por culpa de los vinos de uvas palomino, viví durante unos eternos minutos viendo a Isabel Pantoja en la tele. Me explico. Isabel Pantoja ocupa unas cuantas horas diarias en todas las cadenas, hay vídeos de entradas y salidas de aeropuertos o establecimientos penitenciarios que se repiten como la cebolla, pero no, yo tuve la pesadilla de verla, en vivo y en directo. Junto a Juan y Medio. Y entre niños. Aparentemente muy feliz, guapa, de negro, hasta relajada. Me imagino que lo resplandeciente de sus ojos era provocado por el colirio. Pero su sonrisa no parecía demasiado forzada. En mi delirio se fue el sonido, y la pesadilla aumentaba, solamente veía su gestualidad, y en el lenguaje corporal se leía su desesperación y su infelicidad. De repente pude salir de la pesadilla y aparecer en la realidad o su simulación, estaba conectando a Canal Sur, y era una contraprogramación cuerpo a cuerpo a otras cadenas que simultáneamente estaban hablando de las cuatro horas que pasó la Pantoja en el talego de Jaén junto al alcalde de los mil procesos por corrupción. Y ésa es la figura ideal para cambiar de postura. -
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