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Gara > Idatzia > Ekonomia 28/10/2006
Los límites a la jornada laboral se difuminan en Europa

BRUSELAS

Finlandia, país que preside la UE este semestre, ha presentado una propuesta para desbloquear la reforma de la normativa europea sobre jornada laboral, que mantiene el principio general de 48 horas semanales.

Los ministros de Empleo de los Veinticinco debatirán el documento en una reunión extraordinaria el próximo 7 de noviembre en Bruselas, donde se intentará avanzar hacia un acuerdo sobre la Directiva de Tiempo de Trabajo.

La legislación vigente, de 1993, incluyó como excepción la posibilidad de ampliar la jornada máxima de 48 horas semanales cuando así lo acordaran el empresario y el trabajador, a través de la cláusula conocida como «opt-out».

La propuesta finlandesa habla de reconsiderar la aplicación del «opt-out», con vistas a su desaparición, aunque no pone fecha a esa eventual eliminación. De esta forma, se mueve en la ambigüedad de «encontrar un equilibrio», a través de una fórmula «que pueda satisfacer a todas las partes», aunque no es contundente en la defensa de un límite del tiempo de trabajo.

La propuesta finlandesa fue abordada en una reunión restringida celebrada la pasada semana en la que participaron algunos estados de la Unión. A pesar de su tibieza y aunque «no disgustó mucho» a ningún país, parece complicado llegar a un acuerdo.

Referencia de un año

La principal novedad de la propuesta consiste en que las 48 horas laborales semanales se calcularían sobre un período de referencia de un año sólo en los países que no hagan uso del «opt-out». Es decir, podrían trabajarse más de 48 horas semanales, siempre que en el cómputo de un año no se llegara a esa media.

A los que mantengan las excepciones se aplicarán otras condiciones y, en todo caso, un asalariado que haya aceptado el «opt-out» no podrá trabajar más de 60 horas semanales computadas en períodos de tres meses.

Once estados defienden el tope de 48 horas laborales a la semana y otros tantos, sobre todo Gran Bretaña, son partidarios de poder superar ese máximo. Londres llegó a proponer el año pasado, cuando ostentaba la presidencia de turno de la UE, un tope máximo de 65 horas semanales.

En aquella ocasión la mayoría de los estados de la Unión rechazó su propuesta y prefirió fijar una fecha para eliminar las excepciones del «opt-out». Gran Bretaña y sus aliados ni siquiera quisieron considerar esta posibilidad, que incluso dejaba abierta la puerta a una prórroga de las excepciones bajo determinados supuestos.

Los intentos llevados a cabo en los últimos tres años para resolver las diferencias y buscar un equilibrio entre «flexibilidad y seguridad» han resultado fallidos.

Reunión previa

Precisamente, la pasada semana se celebró en Lahti (Finlandia), una cumbre entre la troika comunitaria, la Comisión Europea y los interlocutores sociales, con el objetivo de analizar la reforma del mercado laboral y el aumento de la competitividad europea. En la misma reunión se abordó la reforma de la directiva europea del tiempo de trabajo y el límite de las 48 horas.

El primer ministro finlandés, Matti Vanhanen, aseguró que «la eficiencia económica y la justicia social no están en conflicto. No tenemos que elegir entre la competitividad y la protección social».

Vanhanen añadió que el funcionamiento del mercado laboral europeo, al igual que la innovación, será crucial en el futuro para 200 millones de trabajadores. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó que «la mayoría de las soluciones deben ser aplicadas a nivel nacional, pero, por supuesto, también debemos establecer ciertos principios a nivel europeo».

El secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), John Monks, afirmó, por su parte, que lo que suele denomiarse «flexibilidad» significa a menudo un aumento de la precariedad de las condiciones laborales y de la temporalidad de los contratos.



París sigue mermando las 35 horas

PARIS

La Asamblea francesa ha aprobado una enmienda a los presupuestos de 2007 que restablece un acuerdo por el que el sector de la hostelería tenía un régimen de 39 horas semanales, acuerdo que había sido anulado por el Consejo de Estado el pasado día 18.

La enmienda fue aprobada con los votos a favor de la UMP, el voto en contra de socialistas y comunistas y la abstención de los de la UDF. El texto prevé que, a falta de un nuevo acuerdo entre la patronal y los sindicatos de la hostelería, los trabajadores de hoteles, bares y restaurantes trabajarán 39 horas semanales, en lugar de las 35 horas fijada con carácter general en el derecho laboral francés desde 2000.

A cambio de ese régimen excepcional para el sector, los asalariados tendrán una semana de vacaciones suplementaria al año y un día festivo más a partir del 1 de julio próximo y otro más desde el 1 de julio de 2007. Se trata de restablecer un acuerdo firmado en 2004 entre la patronal y una parte de los sindicatos, que fue anulado la semana pasada por el Consejo de Estado, al aceptar los argumentos de la demanda que había presentado el sindicato CFDT.

Según el dictamen del Consejo de Estado, hoteles, restaurantes, bares y otros establecimientos podrían mantener las 39 horas semanales para sus empleados, pero a condición de pagarlas como horas extraordinarias a partir de las 35, por ser éste el tiempo de trabajo general en el Estado francés.

Eso significaba que las empresas, que emplean a unas 800.000 personas, debían abonar un suplemento del 10% por esas horas extraordinarias si se trata de empresas de menos de 10 trabajadores y del 25% si superan ese número de asalariados. Además, la nueva jurisprudencia debería haberse aplicado con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2005.


 
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