REAL SOCIEDAD 0
VILLAREAL C. F.
1
DONOSTIA
La Real mejoró sensiblemente en el primer partido de Miguel Angel Lotina en el banquillo realista, pero no lo suficiente para impedir la cuarta derrota consecutiva en el estadio, que llegó en una jugada polémica a diez minutos del final en un corner magistralmente botado por Riquelme que no acertaron a despejar Bravo y sus defensas y que Arruabarrena pareció rematar a gol con el brazo. Los blanquiazules, que dejaron rematar al lateral sin oposición, protestaron una injusticia que no hizo justicia con el desarrollo del partido, aunque sí a la mayor claridad de las ocasiones del Villarreal. Bravo tuvo que intervenir en cuatro ocasiones claras para impedir que se adelantara antes su rival, mientras que la Real apenas fue capaz de traducir su mejoría ofensiva en dos remates claros de Ansotegi y Garitano a balón parado, amén de otros disparos de Felicio, Aranburu y Rossato.
No hizo justicia el resultado a la entrega de los blanquiazules, que mejoraron especialmente en el trabajo ofensivo gracias a la entrada de Aitor en el lateral derecho y de Gari como segundo delantero. Esa mejoría resultó insuficiente porque no se acertó con el último pase y con el remate. Probablemente con eso ante cualquier otro rival podía bastar para ganar, pero no ante un Villarreal que va a más poco a poco y que ayer encadenó su quinto partido sin perder. Jugadores como Senna, Riquelme o Forlán marcan la diferencia en ataque y en defensa los seis más retrasados sostienen a su equipo sólo ha encajado cuatro goles en esos últimos cinco partidos y eso permite sacar máxima rentabilidad a los pocos goles que marcan.
Efectos positivos
La decisión del Consejo de sustituir a Bakero por Lotina tuvo efectos positivos de entrada. Sobre todo lo mejor fue la actitud del público y su unión con el equipo, pero también el juego mejoró con los cambios introducidos por Lotina, especialmente con la vuelta de Aitor a la banda derecha, la aportación de Garitano en el doble pivote y la de Gari como segundo delantero como ya hizo en Málaga. En pocos días de trabajo. el técnico de Meñaka consiguió que su equipo se esforzara más en el trabajo táctico y que se cerrara mejor en defensa, aunque los ajustes necesarios no se pueden conseguir en dos días. Los interiores bajaban a situarse a la altura de la línea defensiva cuando los laterales centraban su posición para ayudar a los centrales y también ellos centraban su posición para conseguir que el equipo estuviera más junto cuando se atacaba por la otra banda. A eso ayudaba que un jugador como Aranburu volviera al puesto en el que debutó en Primera con Krauss, aunque a la hora de profundizar por ese carril el protagonismo era para unos muy activos Gari y Aitor.
Pero no sólo Aranburu con su lógica tendencia al centro, también Fabio Felicio cerraba bien cuando atacaba el Villarreal en un partido en el que eso era fundamental por la presencia de jugadores como Riquelme y Senna en esa zona. Además Gari presionaba bien a Somoza, pero todo ese buen trabajo no resultó suficiente. De hecho, el peligro del Villarreal en el primer tiempo llegó en dos balones bombeados desde el centro por estos dos jugadores sobre Nihat y Forlán con buenas intervenciones de Bravo. Esa fue la diferencia de ayer, que los de Pellegrini son capaces de dar un pase de gol desde el centro a 30 metros y los blanquiazules no pudieron hacerlo desde mejores situaciones.
A pesar de que jugar con Garitano y Rivas de pivotes, aunque ayer jugaron el balón mucho mejor que en anteriores partidos, limita la capacidad de creación realista en el centro del campo, en ataque se llegó mucho más al área rival en la primera media hora del partido gracias a un derroche físico que sólo se pudo mantener 35 minutos. El Villarreal, con mucho menos desgaste, creó las dos ocasiones más claras del primer tiempo y acabó imponiéndose en esos últimos minutos y en el segundo tiempo.
Así fue necesario que Bravo realizara otras dos grandes intervenciones en la continuación, aunque también Garitano, Ansotegi y Rossato pudieron adelantar a su equipo en faltas lanzadas por el portugués. Si su entrada en lugar de Fabio Felicio tuvo efectos positivos, situar a Gerardo, en lugar de Novo o Mikel Alonso, junto a Rivas y Garitano disminuyó aún más la capacidad creativa del equipo y faltó que Díaz de Zerio supliera antes del 0-1 a Gari tras su gran derroche.
Pese a todo, a partir del gol la Real buscó el empate con la fuerza que faltaba otros partidos y encontró la recompensa de la ovación final de una afición esperanzada porque la mejoría vista ayer no valió, pero si se sigue ese camino sí puede ser suficiente para conseguir la permanencia.
