MADRID
La Fiscalía del Tribunal Supremo español defendió ayer que se mantenga la absolución de Pilar Rubio, cuyo marido e hijo cumplen condena como autores de la muerte del panadero iruindarra Angel Berrueta, registrada el 13 de marzo de 2004.
En el juicio, celebrado en Iruñea en julio de 2005, Rubio fue condenada a 10 años de prisión después de que un jurado popular la hallara culpable de «provocar» que su marido Valeriano de la Peña policía español y su hijo Miguel dispararan y acuchillaran, respectivamente, a Berrueta. La muerte se produjo después de que Rubio discutiera con el panadero debido a la negativa de este último de poner un cartel contra ETA, dos días después de los atentados del 11-M en Madrid.
Los autores del crimen, realizado según la sentencia «por motivos ideológicos», fueron condenados a 20 años de cárcel el primero y 15 el segundo.
La Fiscalía y la defensa recurrieron el encarcelamiento de Rubio al considerar que ésta no tiene ninguna responsabilidad penal respecto a los hechos llevados a cabo por sus dos familiares. En diciembre de 2005, el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa dio por buenos estos argumentos y ordenó la puesta en libertad de la mujer.
Los representantes de las acusaciones particulares, ejercidas por la familia del fallecido y por el colectivo Gurasoak, recurrieron al Tribunal Supremo al considerar que la actuación de Pilar Rubio fue «determinante y definitiva» para el desenlace mortal.