DONOSTIA
Garbiñe Aranburu, en representación de LAB, denunció que se utiliza la competitividad como «excusa» para aumentar la jornada laboral, al tiempo que destacó que «no es cierto que trabajar más horas sea igual a mayor productividad». Aranburu hizo estas declaraciones con motivo de las discrepancias que mantienen los ministros de Trabajo de la Unión Europea sobre las normas que regulan la jornada laboral. Cabe recordar que, en el consejo celebrado el pasado martes para intentar desbloquear la directiva sobre el tiempo de trabajo, el grupo liderado por Gran Bretaña insistió en mantener excepciones al límite de 48 horas semanales y poder ampliarlo hasta 65 horas semanales.
LAB reiteró al respecto que «está demostrado que la estrategia de prolongar los horarios de trabajo no siempre conduce a una mayor productividad en términos absolutos». Tras apuntar que en muchos países con largas jornadas laborales la productividad es menor, indicó que «no podemos caer en el falso debate de pérdida de derechos laborales a cambio de mantener los puestos de trabajo, ya que, tras la excusa de la competitividad, lo que se esconde es la intención de que se acepten condiciones de trabajo cada vez más precarias y modificar las reglas de juego».
Remarcó que «la reducción de la jornada es un elemento de reparto de trabajo y de riqueza. Debe ser un instrumento para la creación de empleo y para la mejora de la calidad de vida». En este sentido, subrayó que «tenemos el reto de anteponer la calidad de empleo y de vida frente a la productividad y la flexibilidad».
Por último, insistió en estar atentos al acuerdo que se pueda adoptar finalmente en esa materia, aunque lamentó que «ya se apunta cuales van a ser los términos del acuerdo». Tras añadió que «hay que dar respuesta a la precarización de las relaciones laborales», puntualizó que se debe articular «una ofensiva» por parte de los sindicatos. «El movimiento sindical europeo tiene el reto de coordinar políticas de respuesta.